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Advertencia sobre posible resistencia de los áfidos a programas exclusivamente químicos

Desde hace más de tres décadas, la firma Global Horticultural Inc, con sede en la región del Niágara, en Ontario (Canadá), es proveedora y socia de empresas de invernaderos comerciales. Lo que empezó como una pequeña empresa fundada por un horticultor holandés se ha convertido en un negocio especializado de suministro y distribución, que abastece a invernaderos de Ontario, otras provincias canadienses e incluso partes de Estados Unidos. Conocida por su amplio catálogo de suministros hortícolas, que abarca desde productos para nutrición vegetal hasta soluciones de envasado y saneamiento, Global Horticultural también ha logrado, sin hacer mucho ruido, convertirse en líder en gestión integrada de plagas (GIP).

"Llevamos aplicando la GIP desde el principio", asegura Sarah Stuive, Directora Regional de GIP de Global Horticultural. "Empezamos con una mujer que lo gestionaba sola, y ahora tenemos un equipo de seis personas que cubre todo Ontario. Ha sido increíble ir creciendo conforme lo hacía la industria.

35 años de GIP - y contando
A diferencia de muchos otros proveedores que añadieron servicios de GIP como respuesta a las tendencias del mercado, Global Horticultural integró el control biológico en su oferta desde el primer día.

"Por aquel entonces, los medios de control biológico no eran algo común", rememora Sarah. "Todavía se consideraba algo novedoso. Ahora trabajamos con productores que ya tienen conocimientos básicos de GIP, y eso es un cambio enorme".

Este cambio se debe en parte a que instituciones postsecundarias han desarrollado planes de estudios formales de GIP. Gracias a ello, ha surgido una nueva generación de jóvenes agricultores que ya entienden el papel de los insectos beneficiosos y las intervenciones no químicas.

"Llegan sabiendo lo que es un Aphidius colemani. Antes había que pasarse semanas explicando estas cosas", afirma. "Ahora ya partimos de una base y podemos construir sobre ella".

Proximidad y frescura: La logística de los productos vivos
Un elemento diferenciador clave de Global Horticultural es su apuesta por los biocontroles de origen norteamericano. La empresa trabaja desde hace más de 30 años con el productor canadiense Applied Bionomics, de la Columbia Británica, aunque históricamente se ha asociado con grandes productores europeos para poder disponer de todos los biocontroles que necesita para sus clientes. En los últimos 6-7 años, sin embargo, han dado un giro hacia una producción más local de la mano de Beneficial Insectary en California y siguen siendo capaces de ofrecer una amplia gama de insectos beneficiosos.

"Con los insectos beneficiosos, la frescura es un factor importante", explica Sarah. "Cada hora de tránsito o almacenamiento reduce su eficacia. Cuando somos capaces de hacer llegar los productos a los agricultores con mayor rapidez, los resultados mejoran y las tasas de aplicación suelen disminuir".

Como Global Horticultural es el distribuidor canadiense exclusivo de Beneficial Insectary, es capaz de ofrecer plazos más ajustados, tiempos de respuesta más rápidos y menores tiempos de tránsito. Gracias a su asociación con Applied Bionomics, tiene acceso a insectos especializados de los que no disponen algunos de los principales productores mundiales.

"Nuestro socio de la Columbia Británica trabaja sobre todo con especies autóctonas canadienses", añade. "Estos insectos se adaptan mejor a nuestros climas, por lo que se establecen más rápido, son capaces de sobrevivir al invierno y a menudo requieren menos introducciones".

Desafíos primaverales: Advertencia sobre posible resistencia de los áfidos
Mientras que la mosca blanca y los trips siguen siendo problemas permanentes en los cultivos de invernadero, los áfidos han cobrado protagonismo esta primavera, con cada vez más reportes sobre la reducción de la eficacia de los controles químicos.

"Hemos visto casos en los que tratamientos tradicionales, como el flonicamid, no están dando los resultados a los que están acostumbrados los agricultores", afirma Sarah. "Sospechamos que están desarrollando cierta resistencia, y aconsejamos a los agricultores que controlen bien las poblaciones de pulgones".

Subraya que este no es aún un fenómeno generalizado, pero sirve como recordatorio de los límites de los programas exclusivamente químicos.

"Por eso son tan importantes los programas de control integrado de plagas. Los biocontroles pueden aliviar los problemas de resistencia, sobre todo cuando las plagas se adaptan más rápido de lo que pueden evolucionar los productos".

Más allá de los cinco grandes: Ampliación de la gama de herramientas de GIP
Mientras la empresa se prepara para Cultivate, Global Horticultural está centrando sus esfuerzos en la educación y la concienciación.

"Queremos que los productores sepan que existen más opciones, aparte de los cinco insectos depredadores más comunes", comenta. "Hay todo un mundo de insectos beneficiosos infrautilizados, sobre todo autóctonos, que podrían adaptarse mejor a cultivos o microclimas específicos".

Estas especies menos conocidas suelen completar nichos ecológicos u ofrecer apoyo en caso de resistencia o desajustes ambientales. Muchas son también más sostenibles, perduran durante más tiempo en el entorno del invernadero y requieren menos reaplicaciones.

"Si utilizas las mismas soluciones año tras año y sigues teniendo problemas con brotes de ciertas plagas, probablemente ha llegado el momento de reevaluar tu modelo de GIP", aconseja. "Nuestro equipo puede entonces colaborar directamente con los productores para diseñar un programa que sea específico, rentable y duradero".

La relación que sostiene el programa
"Ningún programa de biocontrol funciona sin colaboración", añade Sarah. "No nos limitamos a enviar una caja de insectos y desearte suerte. Ayudamos a solucionar problemas y a ajustar y reforzar el programa con el paso del tiempo, y ahí reside el valor de nuestro servicio".

Esto incluye visitas periódicas in situ, ayuda con la detección de plagas y revisiones del rendimiento a lo largo del ciclo de cultivo.

"Una vez sabidos los objetivos específicos de un agricultor -reducir los insumos químicos, cumplir las normas de certificación o aumentar el rendimiento-, podemos ajustar el componente biológico en consecuencia".

La GIP como nueva norma
Dado el endurecimiento de las normativas y el crecimiento de la demanda de prácticas sostenibles por parte de los consumidores, Sarah cree que la GIP se irá convirtiendo en la norma por defecto, y no en una alternativa.

"Lo que me entusiasma es lo dinámico que es este campo, con innovación constante, nuevas investigaciones y una creciente apertura por parte de los agricultores. Trabajando juntos, todo acaba girando en torno a cómo podemos hacerlo mejor".

Para más información:
Global Horticultural Inc.
Sarah Stuive, Gerente regional de GIP
[email protected]
https://globalhort.com/