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George Antoine, de Richel Group:

"Es un proyecto de prueba, pero hemos integrado gran parte de nuestra nueva tecnología"

En el sur de Grecia se está llevando a cabo un proyecto de invernadero encabezado por Richel Group en colaboración con un importante productor local de tomates cherry. George Antonie, director de proyectos de Richel Group para la región de los Balcanes, afirma que este invernadero de alta tecnología de 20.000 metros cuadrados no es el mayor proyecto que supervisa en los Balcanes (Rumanía sigue a la cabeza en escala), pero que Grecia se está poniendo al día rápidamente. "Esta iniciativa en concreto es una prueba, de casi dos hectáreas, pero hemos integrado muchas tecnologías nuevas que hemos desarrollado recientemente".

Un proyecto a medida para un clima exigente
A diferencia de los proyectos de Richel en regiones más frías como Rumanía, este invernadero de Grecia se enfrenta a un reto diferente: el calor. Mientras que los invernaderos rumanos cuentan con paredes dobles hinchables para aislar los cultivos durante los gélidos inviernos, la instalación griega debe dar prioridad a los sistemas de refrigeración para soportar los veranos abrasadores.

"En Grecia, el reto es el enfriamiento, así que instalamos grandes ventiladores para extraer el calor. En Rumanía, es al revés: calentamos los invernaderos con grandes tuberías", explica George. "No se puede hacer una comparación directa; es una tecnología completamente distinta".

El singular diseño del invernadero refleja el modelo de producción específico del cliente. Según George, la instalación consta de dos zonas principales de producción con un pasillo técnico central y una sala técnica adyacente, todo dentro de una estructura unificada, un diseño poco común pero muy personalizado.

"El cliente pidió 10 metros entre todos los postes estructurales de las hileras, muy por encima de nuestros 2-3 metros estándares. Era complejo, pero lo cumplimos. Utilizamos 34 vigas de 10 metros en total para la nave técnica".

Innovación en estructura y energía
Quizá la característica más llamativa de este proyecto sea su integración con una importante fuente de energía de cogeneración. El cliente, un destacado productor de tomates cherry con alrededor de 40 hectáreas de invernaderos en toda Grecia, dispone de cerca de 18 megavatios de energía de cogeneración, una configuración poco habitual en la región por su coste y complejidad.

"Solo unos pocos de nuestros clientes utilizan este tipo de energía. En lugar de utilizar un sistema intermedio, nos conectamos directamente a su central eléctrica. Es eficiente y admite sistemas de alto rendimiento", menciona George.

El invernadero también cuenta con ventilación mejorada, incluido un elevador de ventilación adicional en el techo para favorecer la circulación del aire y regular las temperaturas internas durante los picos del verano.

De proyecto piloto a futuro escalable
Este proyecto, desarrollado en colaboración con Greentech, pretende ser un banco de pruebas para futuras innovaciones. Recientemente, Greentech describía las instalaciones como "un gran paso adelante en la construcción de sistemas de producción de alimentos más inteligentes y resilientes".

Se espera que el proyecto, aún en construcción, esté terminado a finales de año, un plazo ajustado que se ha visto agravado por el retraso en su puesta en marcha.

"Entregamos los materiales el año pasado, pero el cliente no empezó a construir hasta hace tres meses. Ahora se está dando prisa para terminarlo todo antes de fin de año", señala George.

De cara al futuro, Richel Group tiene la vista puesta en llevar a cabo ampliaciones mayores con el mismo cliente, incluidos posibles desarrollos de 30 hectáreas. George insinúa interesantes oportunidades de crecimiento en los Balcanes.

"Estamos en conversaciones para contratos importantes en Rumanía que podrían tener un gran impacto en la región. Pero es demasiado pronto para revelar detalles: aún estamos firmando acuerdos".

Conocimiento local, visión global
Natural de Rumanía y profundamente familiarizado con el paisaje agrícola balcánico, George subraya la importancia de conocer las condiciones locales.

"Antes de diseñar nada, lo evaluamos todo: cargas de nieve, de viento, proximidad al mar. Hay que conocer el clima a fondo", afirma. "En Rumanía, el 95% de los tomates cherry son importados. Somos un gran mercado de consumo, así que la producción nacional de invernaderos es un objetivo estratégico".

Preguntado por futuros productos y servicios, se refiere al modelo flexible de Richel Group, que ofrece desde construcciones solo de estructuras hasta soluciones llave en mano con control climático integrado.

"Depende de lo que necesite el cliente. En algunos casos, ofrecemos una solución llave en mano completa. En otros, como este, el cliente gestiona él mismo ciertos sistemas".

La pasión alimentada por el tomate
A pesar de la complejidad técnica de su función, la pasión de George por el tomate y su importancia cultural se manifiesta con una sonrisa. "En Rumanía, si no sabes qué comer, te comes un tomate. Quizá con un poco de queso. Forma parte de nuestra vida cotidiana".

Para más información:
Richel Group
Quartier de la gare
13810 Eygalieres, Francia
Tel.: +33 (0) 4 90 95 14 68
[email protected]
www.richel-group.com