El chile (Capsicum annuum L.) es fundamental para la agricultura en México, no solo por su valor gastronómico, sino también por su impacto económico. México lidera las exportaciones de chiles a nivel internacional y es segundo en producción mundial. Sin embargo, el cambio climático y la escasez de agua afectan su cultivo, dado que el chile requiere riego constante para su supervivencia. La sequía, como factor de estrés, impacta negativamente en el crecimiento de estas plantas. Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), los principales estados productores, como Sonora, enfrentan déficit en acuíferos y escasez de lluvias, lo cual agrava la producción.
Frente a este escenario, la genética del chiltepín (Capsicum annuum var. glabriusculum), una variedad silvestre, podría mitigar las consecuencias de la sequía en el chile. El chiltepín es capaz de crecer en el desierto de Sonora sin intervención humana, y ha mantenido características adaptativas que le permiten desarrollarse en entornos secos. Estas características lo convierten en un objeto de estudio para identificar rasgos que podrían transferirse a variedades domesticadas vulnerables al estrés hídrico.
En el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), y con el apoyo de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, se realizó un proyecto para evaluar el chiltepín bajo estrés por sequía. Bajo la coordinación de Miguel Ángel Hernández Oñate y la codirección de Ángela Corina Hayano Kanashiro, se sometieron a prueba dos poblaciones de chiltepín y dos variedades domesticadas (ancho y jalapeño) para evaluar su respuesta a la sequía.
Los resultados mostraron que el chiltepín, especialmente la población Bav, presentó mejor tolerancia al estrés por sequía, con características adaptativas como un mayor crecimiento de la raíz respecto al tallo, lo que optimiza la captura de agua del suelo. En contraste, el chile ancho mostró menor tolerancia. Estos hallazgos sugieren el potencial del chiltepín para desarrollar nuevas variedades de chile más resilientes al estrés hídrico.
Con estrategias biotecnológicas derivadas del estudio del chiltepín, es posible enfrentar los retos del cambio climático, contribuyendo a una agricultura más resistente sin comprometer la producción de chiles en México.
Fuente: ciad.mx