Seminis-Bayer está celebrando la semana Melon & Watermelon Week, en la que ha mostrado soluciones ante el cambio climático y los desafíos de la producción para el agricultor, sin olvidar la importancia de la recuperación del sabor de la fruta.
En la carrera de los nuevos desarrollos, José M.ª Román, técnico comercial de Seminis-Bayer, ha presentado Polinesia, que responde a "nuestra búsqueda de un polinizador más productivo y que ofreciera una carne más firme. El problema en las recolecciones de julio y agosto es que, cuando entran a cortar la sandía triploide, es decir, una sandía sin semilla, el polinizador ya está sobremaduro y no llega a los supermercados o al consumidor en óptimas condiciones. Para solventar esta situación, hemos desarrollado Polinesia, que es el polinizador con carne firme y ciclo más largo, además de mostrar una forma más redonda. Por otro lado, conserva los azúcares y tiene buen sabor, haciendo que sea muy atractiva para el público".
La tendencia del consumo, según Román, "la marca tanto supermercados como, por supuesto, el consumidor final; se puede observar una bajada de calibre y una preferencia por las sandías sin semilla. En España, lo habitual eran las sandías de gran calibre, pero las familias tienen menos miembros hoy en día y disponen de espacios reducidos. Nuestros formatos se adaptan a esos calibres de 4-5 kg de media. Para los que prefieren esa sandía negra tradicional con pepita, tenemos nuestra Pata Negra".
Aparte del gusto del consumidor, otro frente básico son las resistencias a odio o pulgón, entre otras amenazas. Román explica: "Estamos trabajando en líneas de polinizadores que presentan resistencia a oídio; seguimos investigando y apostando por las resistencias. Queremos comer fruta con sabor, pero también tenemos que facilitar la producción al agricultor con resistencia a virus o enfermedades como PABYV o las diversas plagas".
El creciente calor es otra lucha. "Las temperaturas se disparan, por eso, además de mirar el fruto, hay que comprobar el vigor de planta. El clima es más extremo, se dan lluvias continuadas y olas de calor cuando no deberían. Tenemos que lograr variedades más rústicas, con mayor vigor y que se adapten a las condiciones cambiantes a las que nos enfrentamos", explica el comercial.
En resumen, "hay que cuidar la producción, el sabor, el vigor de la planta y lograr la adaptabilidad de las nuevas variedades a los procesos climáticos actuales y, por supuesto, con resistencias. Un buen ejemplo entre nuestras sandías es la variedad que recupera el sabor tradicional denominada Lunalinda; es de carne rojo intenso y tiene mucho dulzor, además, ofrece un bocado crujiente y una elevada producción. Lunalinda se planta en Senegal, Portugal y España, la hemos puesto a prueba en diferentes escenarios y tiene un desarrollo excelente".
Para más información:
José M.ª Román
Técnico comercial
Seminis-Bayer
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