La semana pasada, un comunicado de Agro Care puso fin a todas las especulaciones. Un error humano durante las obras de renovación fue la causa del derrumbe de 9 hectáreas de invernadero.
Sin embargo, tras la gran cobertura mediática negativa que ha recibido el caso, el daño está ya hecho. La reputación del sector de la construcción de invernaderos ha quedado en entredicho. Al fin y al cabo, aunque todos podamos entender perfectamente lo ocurrido, fuera del sector la imagen de "invernadero=inseguro" no se borrará con facilidad.
"Es absolutamente seguro trabajar en invernaderos", subraya Annie van de Riet, presidenta de la asociación sectorial AVAG. En el sector se respira alivio. No hubo víctimas y la estructura del invernadero no presentaba ningún problema".
Se ha compartido una explicación técnica de lo sucedido. Según la presidenta de AVAG, fue la consecuencia de la extracción de los travesaños transversales —denominados kruisschoren en neerlandés— que desempeñan un papel crucial en la estabilidad lateral. Algo que, por desgracia, quedó más que claro el día del incidente, durante los preparativos para la instalación de una segunda pantalla energética. Todavía se está investigando oficialmente cómo pudo ocurrir y si se siguieron los procedimientos correctos.
Los travesaños transversales son cruciales
Egon Janssen, de TNO, toda una autoridad en ingeniería de invernaderos, pronto tuvo claro que el derrumbe del invernadero no pudo deberse a fallos de diseño. Se hacen muchos cálculos antes de la construcción de un invernadero. TNO, junto con AVAG y Hortivation, desarrolla modelos de cálculo para la construcción de invernaderos. "En un invernadero construido según esos modelos, algo así no puede ocurrir en las circunstancias en las que sucedió", asegura.
El responsable de invernaderos de TNO vio las imágenes del invernadero derrumbado durante sus vacaciones. Explica que tanto las espalderas como los travesaños son componentes cruciales para la estabilidad de la estructura de un invernadero. El propio Egon aún no ha acudido al lugar para investigar.
Basándose en la información disponible y en las imágenes de cómo se derrumbó el invernadero en Middenmeer, tiene claro que algo falló con los travesaños. "Las barras seguían intactas. Los travesaños transversales son unos refuerzos cruciales que impiden que un invernadero se caiga por los lados. Si las quitas, eso es justo lo que puede ocurrir. Además, el viento iba justamente en la dirección de la zona sin refuerzos. Fue mala suerte".
Certificación de calidad y seguridad
Para los profanos, el presidente de AVAG hizo una analogía con la remodelación de una casa. "Puedes contratar a un contratista certificado, a uno no certificado, a tu vecino, que es un manitas, o puedes hacerlo tú mismo. La elección que hagas al respecto puede afectar a la calidad del trabajo y la construcción".
Como en otros tipos de construcciones, para la construcción de invernaderos también se trabaja con certificaciones. Esa certificación se llama HortiQ. Las estructuras e instalaciones de calefacción y agua de los invernaderos certificadas por HortiQ cumplen normas de calidad objetivas y verificables. "Eso garantiza seguridad", subraya Annie, "igual que la elección de un contratista certificado para la reforma de tu casa. Si lo hace otro, el trabajo puede ser bueno, pero estás asumiendo un gran riesgo".
Recalibrar las directrices
A diferencia de la remodelación de una casa, la construcción de invernaderos implica también la instalación, entre otras cosas, de pantallas protectoras, dispositivos de iluminación led, sistemas de deshumidificación o mallas contra insectos. Con dichas instalaciones, los productores tratan de ahorrar energía o mejorar sus cosechas.
Según los requisitos de HortiQ, para cada modificación de un invernadero se hace un cálculo estructural, igual que para los edificios nuevos. Unas 50 empresas utilizan el programa de diseño de invernaderos CASTA/Greenhouse Construction, autorizado por la fundación Hortivation.
Las directrices que deben cumplir las empresas HortiQ se revisan cada año. Hay tres directrices, una para tecnología climática, otra para tecnología del agua y otra para construcción de invernaderos. "Esas tres directrices se revisaron a fondo en 2024, dados los últimos avances tecnológicos", explica Annie.
Todas las nuevas normas, requisitos e instrucciones están en tres manuales de la ISSO. "Los ponemos a disposición del sector. Todas las empresas del sector pueden utilizarlos, incluidas las que no tienen la certificación HortiQ". Esto no siempre se comprueba. El incidente de Middenmeer también plantea la cuestión de si está garantizado el cumplimiento de todas las normas, algo que también está siendo ahora objeto de la investigación.
Las empresas tienen la opción de someterse a una evaluación del cumplimiento de todos los requisitos de HortiQ para obtener la certificación. En total, hay ahora mismo 35 empresas con certificación HortiQ y el número crece cada año, ya que las empresas ven en la certificación una prueba de calidad.
En los últimos años, las normas HortiQ se han actualizado con mayor frecuencia. Por ejemplo, las fuertes nevadas ocurridas en febrero de 2021 permitieron adquirir conocimiento sobre los daños que puede provocar el peso de la nieve sobre la cubierta de los invernaderos. "En aquel momento, se modificaron las directrices relativas a la presión de la nieve sobre la cubierta de los invernaderos", cuenta Annie, "y las aseguradoras endurecieron los protocolos sobre el uso de calefacción durante el invierno para evitar daños causados por la nieve".
Fin rápido a la especulación
Tras el derrumbe de 9 hectáreas de invernadero el viernes 27 de junio por la tarde, no tardó en surgir la especulación. ¿Qué había ocurrido exactamente? Pronto quedó claro en el sector que se había producido un error humano con los travesaños transversales. Annie elogió a Agro Care por su rapidez y transparencia con la comunicación. La empresa estaba bajo muchísima presión. La decisión de comunicar también la causa se tomó previa consulta. "Agro Care gestionó el tema con una gran profesionalidad", afirma.
Egon también tiene palabras de elogio para el mayor productor de hortalizas de invernadero de los Países Bajos. "Al ser abiertos y transparentes, pusieron pronto fin a la especulación". Reconoce que a él también se le pasaron pronto por la cabeza todo tipo de escenarios.
Trabajar al límite es un riesgo
El martes se celebró la asamblea general de socios de AVAG, justo después del derrumbe del invernadero en Middenmeer. "Por supuesto, se habló mucho del incidente", reconoce Annie. "La gente quería saber si había ocurrido por un fallo de construcción y se dio una explicación al respecto".
Que fuera el resultado de un error humano y que no se produjeran accidentes personales ha sido un alivio y el sector no ve motivos para ajustar las normas de construcción actuales, subraya Annie. La modificación de las directrices HortiQ es algo que irá sucediendo de todos modos.
Al día siguiente al siniestro, cuando aún se especulaba sobre los motivos, también se habló de la presión que hay sobre el sector para producir mejor, más rápido y más barato. Se planteó la cuestión de si esto se está llevando demasiado al límite. Según expertos de la profesión con los que habló la redacción, esto es así. "Este incidente sin duda le ha enseñado al sector que no se puede jugar con la calidad", afirma la presidenta de AVAG.
A nivel internacional, el sector holandés de la tecnología de invernaderos está en buena forma. Un incidente como el de la semana pasada no cambia nada de inmediato, pero lógicamente también plantea dudas al respecto. Hoy en día, La certificación HortiQ está disponible solamente para empresas holandesas de tecnología de invernaderos. Los constructores e instaladores de invernaderos holandeses se encargan de más del 80 % de todos los invernaderos de cristal del mundo. No hay planes inmediatos de extender la certificación HortiQ al resto del mundo.
Innovaciones para mejorar la seguridad
TNO colabora con el sector para seguir avanzando en la profesionalización y mejora de los procesos de construcción. Un ejemplo es el despliegue del Sistema de Información de Invernaderos (KIS).
Un segundo avance es el del invernadero inteligente, capaz de emitir alertas sobre situaciones inseguras. Este desarrollo está aún en fase experimental, reconoce Egon, pero ya se están haciendo pruebas con sensores en invernaderos de demostración. Por ahora, los datos de los sensores se están utilizando sobre todo para perfeccionar los modelos de construcción y seguridad.
Supongamos que el invernadero que se derrumbó hubiera estado equipado con estos sensores, ¿se habría evitado el accidente? "En cualquier caso, habría que haber actuado muy rápido", comenta Egon. "En este caso, había demasiados travesaños desatornillados, el viento empezó a soplar con más fuerza y, por tanto, el invernadero perdió la estabilidad y se cayó".
Ahora bien, pasó algo de tiempo entre el error humano de retirar demasiados travesaños al mismo tiempo y el derrumbe del invernadero. "En el futuro, los datos de los sensores de un invernadero inteligente podrían alertar de cualquier patrón inusual. Un exceso de movimiento de la estructura del invernadero sin vientos demasiado fuertes podría ser la señal de que algo no va bien".
Para más información:
AVAG
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