La producción de amoníaco es un pilar en diversas industrias, especialmente como fertilizante, aunque su alto impacto ambiental ha sido problemático. Requiere mucha energía, altas temperaturas y presiones elevadas, contribuyendo al 2% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
La meta es producir amoníaco verde, manteniendo su eficiencia pero eliminando su impacto contaminante. Un equipo de la UNSW en Sídney (Australia) logró avances en esto utilizando inteligencia artificial, mejorando la sostenibilidad del proceso. En 2021, los científicos encontraron una forma de fabricar amoníaco limpio con aire, agua y energía renovable, sin emisiones de carbono.
Pese a su éxito inicial, debían aumentar la eficiencia, produciendo más amoníaco con menos energía. La búsqueda del catalizador óptimo los llevó a evaluar 13 metales prometedores por su capacidad de absorber nitrógeno e hidrógeno. Sin embargo, las combinaciones potenciales superaban las 8000, imposible de probar manualmente.
La inteligencia artificial permitió reducir drásticamente las opciones, enfocándose en 28 candidatos. El resultado fue un catalizador multimetálico de hierro, bismuto, níquel, estaño y zinc. Este catalizador no solo fue exitoso en pruebas prácticas, sino que multiplicó por siete la tasa de producción de amoníaco manteniendo una eficiencia faradaica cercana al 100%.
Con este avance, ahora se puede producir amoníaco a 25 °C, haciéndolo viable tanto ambiental como económicamente. Además, este enfoque permite descentralizar la producción, usando módulos del tamaño de un contenedor en lugar de plantas industriales enormes.
El amoníaco, además de su uso en fertilizantes, es efectivo como transportador de hidrógeno, y su producción a bajas temperaturas lo convierte en una opción viable para el almacenamiento y transporte de energía renovable. Este avance muestra que la producción de amoníaco verde es posible, ayudando en la sostenibilidad y transición energética.
Fuente: ecoticias.com