España encabeza la producción de cannabis medicinal en Europa, sin embargo, el acceso terapéutico resulta aún limitado. María Ansuátegui, directora de Cannabisforum 2025, examina los actuales desafíos, los avances regulatorios necesarios y las oportunidades del país para convertirse en un referente en investigación e innovación.
Actualmente, la situación para los pacientes que utilizan cannabis medicinal ha mejorado ligeramente con la propuesta de R.D que está por aprobarse. No obstante, destaca que ciertos aspectos de esta regulación son insuficientes. Un ejemplo es la facultad exclusiva de médicos especialistas para recetar productos estandarizados solo en farmacias hospitalarias. Además, el uso se limita a cuatro condiciones: epilepsia refractaria, espasticidad en esclerosis múltiple, náuseas por quimioterapia y dolor crónico, dejando fuera otras dolencias.
Para mejorar el acceso regulado al cannabis terapéutico, se deberían abordar cuatro puntos principales: incluir más indicaciones, permitir formatos más versátiles, incorporar médicos de primaria y privados en la prescripción, y promover la formación del personal sanitario en la prescripción del cannabis. Asimismo, incentivar ensayos clínicos para aumentar el número de indicaciones y asegurar la seguridad del tratamiento.
A nivel de investigación científica sobre cannabis medicinal, España no se equipara aún con otros países debido a la falta de regulación y protocolos claros. A pesar de contar con investigadores de prestigio, el desarrollo de estudios clínicos es escaso.
La formación y sensibilización de los profesionales sanitarios y la sociedad es fundamental para integrar el cannabis medicinal en los tratamientos habituales. Durante el Cannabisforum 2025, se discutirán temas relacionados con el R.D, su implementación, y lecciones de otros países. También habrá novedades como el rol creciente de las sociedades médicas y una mesa sobre opciones de financiación para proyectos.
El mensaje para los profesionales del sector farmacéutico y legisladores es alinear producción, ciencia y acceso, aprovechando la capacidad científica de España. La reflexión es que el país podría pasar de ser un productor a un líder en ciencia, salud pública e innovación, dependiendo de decisiones centradas en el paciente y basadas en evidencia.
Fuente: farmaforum.es