El precio de los tomates en Estados Unidos podría aumentar, dado que el Gobierno federal se prepara para retirarse de un antiguo acuerdo comercial con México, lo que podría derivar en la aplicación de un arancel del 20,91% sobre la mayoría de las importaciones de tomate. La medida es consecuencia de las quejas de los productores estadounidenses, sobre todo de Florida, que argumentan que el volumen de las importaciones mexicanas hace bajar los precios nacionales.
El acuerdo en cuestión, conocido como Acuerdo de Suspensión del Tomate, se formalizó originalmente en 1996 entre el Departamento de Comercio de EE. UU. y los productores y exportadores mexicanos de tomate. Su objetivo era evitar el dumping garantizando que los tomates se vendieran a un precio de referencia o por encima de él. El acuerdo, que excluye los tomates para industria, se actualizó por última vez en 2019.
El 14 de abril, la Administración de Comercio Internacional anunció que Estados Unidos saldría del acuerdo el 14 de julio, dando paso a la imposición del arancel. El Departamento de Agricultura informa que México suministra más del 90% de los tomates importados a Estados Unidos, lo que lo convierte en el origen dominante de tomates madurados en la planta, especiales y Roma.
Julie Murphree, del Arizona Farm Bureau, advierte de que la producción nacional, incluidos los tomates cultivados en invernaderos, es insuficiente para satisfacer la demanda nacional. "En este momento, aunque tenemos invernaderos y estamos produciendo tomates, no podemos suministrar lo suficiente para la demanda de nuestros consumidores", dijo Murphree.
La Fresh Produce Association of the Americas (FPAA, por sus siglas en inglés) ha expresado su preocupación por que el arancel aumente significativamente los precios para los consumidores en un momento de inflación alimentaria. En un comunicado, la FPAA ha instado a la administración a negociar un nuevo acuerdo que busque la innovación entre importadores y productores por igual, en lugar de imponer aranceles.
Murphree también advierte de que el arancel podría poner en peligro miles de puestos de trabajo en Arizona, en particular en las comunidades fronterizas como Nogales, donde el empleo está muy vinculado a la cadena de suministro de tomate a través de almacenamiento, transporte por carretera, distribución y venta al por menor. El USDA señala además que se espera que los productores mexicanos reduzcan la siembra en la próxima temporada de otoño-invierno en respuesta al posible arancel.
La fecha límite del 14 de julio se acerca, y tanto los representantes de la industria como los grupos de consumidores están muy atentos, al anticiparse alteraciones en el suministro y en los precios de una de las categorías de productos más consumidas en EE. UU.
Fuente 1: KJZZ Phoenix
Fuente 2: Mass Live