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Jim van Ruijven, de Wageningen University & Research (Países Bajos):

“No hace falte preocuparse tanto por el aumento de niveles de sodio a pesar del período de sequía”

Aunque la primera semana de julio por fin trajo algunos días de lluvia, la mayoría de los invernaderos en Países Bajos llevan ya bastante tiempo dependiendo de agua de riego procedente de fuentes alternativas. Este tipo de agua suele contener algo de sodio, cuya concentración tiende a aumentar gradualmente cuando se reutiliza el agua de drenaje. Sin embargo, según el investigador Jim van Ruijven, de Wageningen University & Research, eso no significa que haya que recurrir inmediatamente al vertido. Muchos cultivos toleran niveles de sodio más altos de lo que se pensaba hasta hace poco, tal como explica en esta colaboración con la organización interprofesional Glastuinbouw Nederland.

Después de otro largo periodo sin precipitaciones significativas —y con buena parte del verano aún por delante—, muchos se preguntan si estos episodios de sequía prolongada son una nueva norma climática o simplemente coincidencias puntuales. "Si nos basamos en los datos de la agencia estatal de meteorología KNMI, sí se puede hablar de una tendencia clara", señala Van Ruijven. "En términos anuales, la cantidad total de precipitaciones ha aumentado ligeramente: el promedio ya supera los 850 mm, unos 50 mm más que hace treinta años. No obstante, ese incremento se concentra sobre todo entre octubre y marzo. En cambio, durante los meses de verano llueve cada vez menos. Todo esto es consecuencia directa del cambio climático, que está alterando el comportamiento del sistema meteorológico en el noroeste de Europa. Y cuando llueve en verano, suele ser de forma breve e intensa."



Mayor capacidad de recogida y evacuación
A medio y largo plazo, esto implica que los productores hortícolas harían bien en ampliar su capacidad tanto de recogida como de evacuación de aguas pluviales. Los fabricantes de invernaderos ya se están adaptando, incorporando canales y bajantes de mayor diámetro. También se recomienda ampliar el volumen de los depósitos y silos, que —dependiendo del tipo de cultivo— podrían llegar a necesitar entre 2.000 y 3.000 m³ por hectárea.

"En instalaciones nuevas eso es perfectamente viable, pero en explotaciones ya establecidas suele faltar espacio", admite Van Ruijven. "Como consecuencia, muchos productores se ven obligados durante más tiempo a utilizar agua de riego adicional procedente de otras fuentes, con un cierto contenido en sodio. En concentraciones elevadas, este sodio puede dañar los cultivos. De ahí que muchas veces se opte por purgar el sistema de riego parcialmente, sustituyendo parte del agua de drenaje por agua fresca, con un contenido en sodio más bajo."

Proyecto europeo EcoNutri
Por temor a posibles daños en los cultivos, tradicionalmente se han recomendado márgenes de seguridad bastante amplios. Pero dado que la normativa actual limita cada vez más el vertido de nutrientes al medio ambiente —y considerando además el interés creciente por aprovechar al máximo tanto el agua de riego como los fertilizantes—, merece la pena estudiar si realmente es necesario purgar tan pronto.

Precisamente con este objetivo, dentro del proyecto europeo EcoNutri, se han realizado investigaciones en distintos cultivos por parte de Tommaso Barbagli, de Wageningen University & Research. Van Ruijven, como coordinador de Rootzone Dynamics, ha estado involucrado desde el principio.

"Actualmente estamos llevando a cabo ensayos en fresas", señala el investigador. "Anteriormente ya analizamos tomate, gerbera, rosa, Phalaenopsis, pimiento y pepino. Y en todos los casos hemos observado que los límites de tolerancia están bastante por encima de los niveles que los productores suelen manejar. Eso sí, varían según el cultivo. En Phalaenopsis, por ejemplo, 6 mmol/l en la zona radicular sigue siendo seguro. En pepino es 8 o incluso más. En gerbera 10, y en tomate hemos visto que hasta con 15 mmol/l no se detectan efectos negativos. También se sabe que, cuando las plantas absorben agua nutritiva con mayor contenido en sodio, tienden a acumular más sodio en sus tejidos sin que eso suponga necesariamente un perjuicio. Todo esto indica que hay margen suficiente para ampliar los límites actuales y prolongar el uso del agua recirculada sin necesidad de purgar."

Consejos prácticos para los productores
Van Ruijven no considera que, por el momento, se estén alcanzando niveles críticos de sodio en la mayoría de los cultivos. Aun así, comparte una serie de recomendaciones útiles para optimizar el manejo del agua de riego:

  • Infórmate bien. Consulta las publicaciones sobre los distintos subproyectos del programa EcoNutri disponibles en la web de Glastuinbouw Waterproof. "Conocer en detalle los resultados del estudio puede despejar muchas dudas y evitar decisiones precipitadas."
  • Si utilizas ósmosis inversa para tratar agua de pozo, evita forzar la instalación. "Exigirle un rendimiento excesivo puede afectar negativamente a la eficiencia del sistema y, en consecuencia, permitir una mayor entrada de sodio."
  • ¿Detectas concentraciones elevadas de sodio de forma constante? Plantéate incorporar un sistema de eliminación selectiva de sodio para tratar el agua de drenaje. "Con esta medida es posible reducir de forma notable el volumen total de vertido. Eso sí, conviene tener en cuenta que, según el tipo de tecnología, también podría perderse algo de potasio o nitrato."
  • ¿No te queda más remedio que purgar? Asegúrate de que el agua sea tratada previamente antes de descargarla en la red. "Además, puede parecer evidente, pero si varias empresas comparten la misma conducción, una purga simultánea puede provocar molestias o saturaciones puntuales. Coordinarse con los vecinos evita sorpresas desagradables."

Fuente: Glastuinbouw Nederland

Fecha de publicación: