La producción en invernadero ofrece muchas ventajas a los productores de chile: temperaturas más constantes, protección frente a fenómenos meteorológicos extremos y ciclos de cultivo más largos. Sin embargo, los ambientes controlados vienen con su propio conjunto de desafíos de enfermedades. El Dr. Phillip Lujan, Patólogo de Plantas de Extensión y Profesor Asistente en la Universidad Estatal de Nuevo México, ofrece orientación experta para los productores que navegan por la salud de las plantas en los sistemas de invernadero. Desde la prevención de enfermedades hasta los factores de riesgo relacionados con el clima, sus ideas ayudan a tomar mejores decisiones para el éxito sostenido de los invernaderos.
"La presión de las enfermedades depende de tres factores: un patógeno virulento, un huésped susceptible y un entorno propicio", afirma el Dr. Luján. "Los entornos de invernadero están más controlados que los campos abiertos, por lo que normalmente vemos una mayor presión de enfermedades en el chile cultivado en campo debido a factores como las fuertes lluvias, los suelos variables y la actividad de los insectos."
Dicho esto, algunos patógenos prosperan especialmente bien en los invernaderos. "Por otra parte, el oídio, el pythium y la mancha bacteriana de la hoja son más frecuentes en los invernaderos que en los sistemas al aire libre. Estos patógenos se benefician de las temperaturas más frescas y de la elevada humedad que pueden mantener los invernaderos."
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Gestión de la podredumbre de la raíz: la prevención es la clave
Las enfermedades de podredumbre de la raíz, incluidas Phytophthora y Fusarium, pueden devastar los cultivos de chile en entornos de alta humedad. La piedra angular de la defensa, según el Dr. Luján, es mantener la salud general de la planta mediante una gestión adecuada del riego y del sustrato.
"No riegue en exceso. Esa es la regla número uno", aconseja. "Utilice el riego por goteo siempre que sea posible y asegúrese de que el sustrato drene bien. Si utiliza una mezcla sin suelo, añada perlita para mejorar el drenaje".
Virus del rizado: Menos común en interiores, pero sigue siendo un riesgo
El virus de la cresta rizada de la remolacha, transmitido habitualmente por la chicharrita de la remolacha, es poco frecuente en los invernaderos, pero no imposible. "No solemos ver el virus de la cresta rizada en interiores, pero si los vectores infectados consiguen entrar en un invernadero, pueden transmitir el virus. Es mucho más frecuente en el campo, donde los insectos se mueven libremente".
Gestión de una humedad elevada y un flujo de aire limitado
La humedad y el flujo de aire son dos de los factores ambientales más críticos en los invernaderos, y a menudo los más difíciles de gestionar.
"A los productores que se enfrentan a una humedad elevada y un flujo de aire restringido, les recomiendo reducir la densidad de plantas para mejorar la circulación", dice el Dr. Luján. "El espaciado es clave. Además, hay que centrarse en la gestión del agua y asegurarse de que el medio drena eficazmente. Un mal drenaje combinado con la humedad crea un caldo de cultivo para muchas enfermedades de invernadero."
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Selección de variedades y tratamientos de semillas
Elegir la variedad de chile adecuada puede dar a los productores una ventaja en la prevención de enfermedades. "Las semillas híbridas mejoran cada año, sobre todo en cuanto a resistencia a enfermedades. Pero los patógenos evolucionan constantemente, por lo que la resistencia no es una bala de plata".
Para una protección adicional, los tratamientos de semillas pueden desempeñar un papel fundamental. "Tratar las semillas con agua caliente o una solución de lejía al 10% puede reducir los patógenos superficiales. Los productos biológicos como Trichoderma o Bacillus también pueden ayudar, ya sea compitiendo con los microbios dañinos, mejorando la germinación o activando las vías de resistencia a las enfermedades propias de la planta."
Estrés climático y susceptibilidad a las enfermedades
Aunque los invernaderos amortiguan algunos extremos medioambientales, no son inmunes a los factores de estrés relacionados con el clima. "En el suroeste de EE. UU., el aumento del calor y la sequía han hecho que nuestras plantas sean más susceptibles a las enfermedades. Cualquier tipo de estrés vegetal, ya sea por calor, falta de agua o humedad excesiva, puede abrir la puerta a los patógenos. Incluso en los invernaderos estamos viendo los efectos de un clima cambiante".
Apoyo al diagnóstico para los cultivadores
Cuando aparecen los síntomas de una enfermedad, es fundamental un diagnóstico preciso. Se anima a los productores a colaborar con la Clínica de Diagnóstico Vegetal de la Universidad Estatal de Nuevo México para obtener ayuda.
"Si cree que algo va mal en su cultivo, envíeme un correo electrónico con fotos detalladas, descripciones de los síntomas e información sobre su entorno de cultivo", dice el Dr. Luján. "También podemos aceptar muestras físicas de cualquier parte de los Estados Unidos, pero primero tendrá que solicitar nuestro permiso de envío".
La producción de chile en invernadero presenta un equilibrio único de control y complejidad. Como subraya el Dr. Luján, el éxito a menudo se reduce a prácticas fundamentales: riego adecuado, espaciado entre plantas, drenaje y supervisión periódica. Con estrategias informadas y acceso a apoyo diagnóstico, los productores pueden mitigar eficazmente la presión de las enfermedades y mantener cultivos sanos y productivos.
Para más información:
New Mexico State University
Dr Phillip Lujan
[email protected]
nmsu.edu