Robert Carlsson adopta un enfoque comedido de la agricultura vertical: evitar el bombo publicitario, mantenerse ajustado y escalar de forma inteligente. Mientras otros persiguen instalaciones futuristas y una automatización temprana, su equipo ha construido un modelo basado en el control de costes, la adaptabilidad y una economía probada.
"Siempre nos ha movido un objetivo claro: construir una granja vertical comercialmente viable, no una sala de exposiciones", afirma Carlsson, director general de Green City Farming en Gotemburgo (Suecia). "Nuestras decisiones se basan en la economía unitaria y la resistencia operativa".© Green City Farming
Por qué menos es más
Uno de los mayores escollos que ve Carlsson en el sector es el exceso de ingeniería demasiado pronto. "Muchas granjas verticales se ven atrapadas en la construcción de sistemas altamente automatizados y de capital intensivo antes de haber validado su modelo de negocio o la demanda del mercado", dice.
"El resultado suele ser una alta tasa de consumo y sistemas rígidos difíciles de ajustar a medida que evoluciona el negocio". Incluso en las configuraciones más tecnológicas, los operadores suelen subestimar la cantidad de trabajo práctico necesario para mantener la calidad y la coherencia."
Donde la automatización añade valor
Green City Farming no rechaza por completo la automatización, pero solo la utiliza cuando ofrece un rendimiento claro. "Añade valor real en tareas repetitivas y laboriosas en las que el retorno de la inversión está claro, como la siembra, la supervisión o los flujos de trabajo de cosecha", dice Carlsson. "Pero puede ser una carga cuando la flexibilidad es crítica o los sistemas necesitan ajustes frecuentes".
Para mantener esa flexibilidad, la empresa optó por formar a un equipo pequeño y capaz y perfeccionar primero los procesos manuales. "Solo invertiremos en automatización cuando tengamos varias granjas en funcionamiento", explica. "Este enfoque ha mantenido nuestra tasa de quemado baja y nos ha ayudado a avanzar más rápido hacia el punto de equilibrio".© Green City Farming
Escalar a través de la simplicidad
En lugar de ver la simplicidad como una limitación, Carlsson la ve como la base del crecimiento. "Cuanto más sencillo y estandarizado sea el sistema, más fácil será reproducirlo y transferirlo", afirma. "Una granja racionalizada es más rápida para formar al personal, más robusta en las operaciones diarias y más barata de instalar en nuevas ubicaciones".
"La complejidad suele ser enemiga del crecimiento, sobre todo cuando se intenta escalar a través de socios o hacia nuevos mercados". Esa mentalidad se extiende a la adopción de tecnología. "Tratamos la nueva tecnología como una herramienta, no como una estrategia", afirma. "Tiene que integrarse en nuestros flujos de trabajo y mejorar claramente el rendimiento, reducir costes o abrir nuevas posibilidades comerciales. Hacemos pruebas piloto a pequeña escala, lo medimos todo y solo implantamos lo que añade valor".
Evitar el ruido
En un sector como el de la agricultura vertical, en el que la publicidad suele superar a los resultados, Carlsson afirma que su equipo se centra en los aspectos fundamentales. "Nos centramos en los clientes reales, los márgenes reales y los cultivos reales", afirma. "Es fácil distraerse con los rumores del sector, pero el éxito se reduce a si puedes cultivar productos de alta calidad de forma fiable y rentable".
¿Su resumen para crear una explotación viable? "Empieza por lo sencillo, prueba la economía y amplía sólo lo que funcione".
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Green City Farming
Robert Carlsson, Director General
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