Con la excepción de dos empresarios con alta capacidad económica, los tomateros potosinos han reducido su producción o la han cesado, ya que la actividad se ha vuelto incosteable, sumado al temor por los aranceles, según informó Carlos Romo, agricultor de Villa de Arista.
En una entrevista, Romo indicó que uno de los problemas actuales más relevantes para el cultivo de tomate es el agua. En cuanto a la electricidad, explicó que el Gobierno Federal ha cumplido su promesa de reducir el costo de los kilowatts, lo que representa una opción más accesible para aquellos agricultores que aún pueden producir.
Romo señaló que el futuro del cultivo de tomate reside únicamente en la agricultura protegida, razón por la cual algunos empresarios están utilizando el modelo de invernadero. Estos son quienes tienen más posibilidades de mantener el negocio operando, incluso frente a los aranceles.
El agricultor recordó que durante los mandatos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, el costo por kilowatt de energía eléctrica era elevado, calculado en 3 pesos con 50 centavos; actualmente, puede encontrarse en 44 centavos o a veces en 70 centavos.
Romo añadió que es relevante lo que está sucediendo, ya que hay mayores posibilidades de mantener la actividad agrícola con tarifas eléctricas reducidas. Sin embargo, muchos agricultores no lograron continuar debido a la falta de apoyo en tarifas eléctricas durante años anteriores. "Hay muchos agricultores que ya no sobrevivieron por la falta de apoyos para la electricidad en sus años", puntualizó.
Mencionó también que, incluso ahora, otro desafío radica en gestionar el consumo energético, que ha aumentado dado que el agua se encuentra a niveles más profundos.
Fuente: pulsoslp.com.mx