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¿Cómo cultivar lechugas en la luna?

El cultivo de alimentos en el espacio es un desafío complejo para la exploración espacial. Dentro de los objetivos, se encuentra establecer invernaderos lunares para producir verduras frescas en condiciones adversas. Aunque las lechugas han sido cultivadas en órbita terrestre, todavía no se ha logrado en la superficie lunar.

Un invernadero lunar es un ecosistema controlado que debe enfrentar la falta de atmósfera respirable, temperaturas extremas, radiación solar intensa y un suelo sin nutrientes. La gravedad reducida afecta el crecimiento y el transporte de nutrientes en las plantas. Tecnologías como sistemas hidropónicos o aeropónicos, estructuras inflables y mecanismos de regulación térmica son esenciales. No solo se busca producir alimento, sino también generar oxígeno, reciclar agua, y apoyar psicológicamente a los astronautas.

En la Estación Espacial Internacional (ISS), las lechugas han sido cultivadas desde 2014 con el sistema Veggie de la NASA. Este avance mostró que es posible cultivar vegetales en microgravedad. Sin embargo, en la Luna solo se ha registrado un experimento de cultivo, durante la misión Chang'e 4 de China en 2019, donde el algodón logró brotar, aunque no sobrevivió la larga noche lunar.

Pruebas terrestres han incluido simulaciones con regolito lunar, destacando la falta de nutrientes y la naturaleza abrasiva del suelo lunar. Estas limitaciones han modificado la estrategia hacia sistemas sin tierra, donde las raíces reciben soluciones nutritivas. En 2023, China logró cosechar lechugas en la estación espacial Tiangong, y anunció su intención de establecer una base lunar antes de 2030 con la International Lunar Research Station (ILRS), lo que podría incluir el cultivo de lechugas por sus beneficios nutricionales y rápida maduración.

La NASA también investiga sistemas bioregenerativos con proyectos como el Lunar Greenhouse, proponiendo estructuras inflables y cultivo hidropónico. Estos prototipos han sido probados en la Tierra, y podrían utilizarse en futuras misiones lunares. La Agencia Espacial Europea (ESA) también colabora en el estudio de cultivos en entornos de gravedad reducida.

Los principales retos para cultivar lechugas en la Luna incluyen la radiación cósmica, temperaturas extremas y la falta de atmósfera. Controlar el entorno sellado con niveles de CO₂ y humedad, la gravedad reducida que altera el flujo de nutrientes, y la necesidad de reciclar los recursos hasta casi el 100% representan obstáculos importantes. Superar estos problemas permitiría avanzar hacia la independencia de colonias lunares respecto al suministro terrestre.

El primer cultivo de lechugas en la Luna aún no ocurre, pero las tecnologías avanzan para hacerlo viable en la próxima década, sentando las bases para una producción sostenible.

Fuente: wwwhatsnew.com