El virus del rizado de la hoja de tomate de Nueva Delhi – conocido por sus siglas en inglés como ToLCNDV – vuelve a estar en el punto de mira del sector hortícola. La Agencia Federal para la Seguridad de la Cadena Alimentaria de Bélgica (FAVV) está llevando a cabo en estos momentos muestreos sin previo aviso en explotaciones tomateras, como parte de su programa anual de seguimiento. Se trata de controles rutinarios, no motivados por la sospecha de un brote, aunque desde Inagro, un centro de investigación aplicada y asesoramiento agrícola con sede en Flandes, insisten en mantener informados a los productores sobre el virus y su posible impacto en los cultivos. © Inagro
¿Qué es el ToLCNDV?
Este virus pertenece al grupo de los begomovirus y su transmisión está vinculada exclusivamente a la mosca blanca (Bemisia tabaci), que actúa como único vector conocido. Es decir, allí donde hay presencia de mosca blanca, existe un riesgo real de propagación del virus.
ToLCNDV figura en la lista A2 de cuarentena fitosanitaria de la Unión Europea, lo que significa que su presencia debe ser vigilada activamente. Según la base de datos global de la Organización Europea de Patología Vegetal (EPPO), el virus no ha sido detectado ni en Bélgica ni en los Países Bajos. Sin embargo, ya ha sido reportado en diversas regiones de Asia y en zonas mediterráneas de Europa, donde se considera transitorio: se ha detectado pero no está establecido de forma permanente. © Inagro
Síntomas en el tomate
Aunque el tomate no es el hospedador principal de este virus, que afecta con mayor frecuencia a cultivos como el pepino, el melón o el calabacín, puede manifestar síntomas visibles como el enrollamiento y la deformación de las hojas en los brotes apicales, el amarilleamiento, la reducción en la fructificación y en el peso del fruto, y, en algunos casos, frutos deformes o con decoloraciones. También se considera que otros cultivos de la familia de las solanáceas, como el pimiento y la berenjena, podrían actuar como hospedadores.
Control y seguimiento
La principal estrategia de manejo del ToLCNDV se basa en el control eficaz de su vector, la mosca blanca. Por ello, resulta fundamental establecer sistemas de monitoreo y medidas de control desde fases tempranas.
Uno de los métodos más utilizados son las trampas cromotrópicas amarillas, que permiten detectar aumentos poblacionales de forma temprana, facilitando así una intervención rápida. Además, la gestión adecuada de malas hierbas cobra un papel esencial: se recomienda prestar especial atención a las malezas de la familia de las solanáceas, ya que pueden albergar el virus. Estas deben ser eliminadas lo antes posible para evitar la diseminación.
Desde la FAVV insisten en que las inspecciones actuales forman parte de una supervisión de carácter preventivo. Cada año se analiza un número limitado de explotaciones hortícolas, seleccionando tanto plantas aparentemente sanas como aquellas con síntomas visibles. En caso de detectarse el virus, se aplicarían las medidas fitosanitarias pertinentes, aunque aún no está detallado qué protocolos se seguirían exactamente.
Fuente: Inagro