La Junta de Aguas de Delfland (Países Bajos) ha identificado al culpable de un grave caso de contaminación de las aguas superficiales del pólder Oude de Pijnacker. Se habían detectado altas concentraciones de nitrato en el agua, así como pesticidas. Delfland ha tomado medidas contra el responsable y le reclama, entre otras cosas, los gastos de limpieza de la zanja.
En varios controles, los agentes de Delfland detectaron más de 250 mg/l de nitrato en las aguas superficiales, cuando las normas permiten un máximo de 1,8 mg/l. También se encontraron pesticidas. Delfland tomó inmediatamente medidas para evitar que el agua contaminada siguiera extendiéndose, bombeando un total de 30 m³ de agua contaminada.
© Hoogheemraadschap van Delfland
Quien contamina, paga
El vertido ilegal se detectó en una zanja adyacente a dos empresas. Como en aquel momento la zanja no estaba conectada a otras fuentes de agua, el vertido no podía proceder de otro lugar que no fuera uno de los dos productores. Piet-Hein Daverveldt explica: "Mediante el innovador método de investigación del ADNe, hemos localizado al culpable de la contaminación de la zanja. Los horticultores tienen la responsabilidad de mantener la producción y sus productos limpios, así que el culpable deberá cubrir los costes de la limpieza de la zanja. Quien contamina, paga".
Innovador método de detección
Tras descubrirse el vertido, Delfland ordenó la aplicación de medidas administrativas de urgencia para ambas explotaciones. Esto dio a los horticultores la oportunidad de asumir su responsabilidad y solucionar el problema. Ninguna de las dos empresas admitió su culpabilidad, tras lo cual se llevaron a cabo investigaciones exhaustivas. Se tomaron muestras de los pozos de drenaje y se revisaron los registros de pulverización de ambas explotaciones, en los que los horticultores llevan un registro de dónde y cuándo se utilizan productos fitosanitarios y en qué cantidades. Además, se examinó el agua contaminada en busca de pesticidas.
Delfland también llevó a cabo análisis de ADNe, una técnica innovadora que permite medir trazas de ADN de distintos cultivos en aguas superficiales. Los resultados de estas investigaciones permitieron identificar al autor del vertido ilegal.
Medidas severas
Delfland ha actuado con firmeza contra el agricultor, que deberá abonar los costes de limpieza, y a quien se le ha impuesto una orden de sanción. También se redactará un informe oficial y se impondrán sanciones si el horticultor vuelve a cometer la misma infracción.
Supervisión más estricta y aplicación efectiva
Delfland trabaja continuamente para mejorar la calidad del agua en las zonas de invernaderos. Esto implica inspecciones selectivas, innovaciones y métodos cada vez más avanzados para detectar y atajar fugas y vertidos. Recientemente, Delfland ha reforzado su actividad con una serie de medidas adicionales. La institución está debatiendo, entre otras cosas, si unas multas aún más cuantiosas facilitarían el cese de las infracciones, centrándose en responsabilizar de estas no solo a las empresas, sino también a particulares, y haciendo cumplir la normativa también en horario no laboral.
Dijkgraaf Piet-Hein Daverveldt: "Las medidas adicionales hacen posible una supervisión más estricta y el cumplimiento de la normativa en la horticultura de invernadero y ya están dando sus frutos. Debe quedar claro que estamos alerta y que contaminar no compensa".
Agua limpia y sana
Junto con sus socios, la Junta de Aguas de Delfland se centra en cumplir los objetivos de la Directiva Marco del Agua. Delfland se compromete a reducir la presencia de sustancias nocivas en el agua y a proteger los ecosistemas acuáticos.
Los plaguicidas y nutrientes utilizados por la horticultura de invernadero son la mayor fuente de contaminación y mala calidad del agua en la zona de invernaderos. Delfland dispone de una amplia red de medición e invierte mucho en supervisión y en garantizar el cumplimiento de la normativa en la zona de invernaderos.
Delfland considera que la mejora de la calidad del agua es una responsabilidad compartida y que de los empresarios hortícolas depende en gran medida la calidad del agua y la reputación del sector. Hay muchos horticultores que cumplen las normas, pero no todos lo hacen. Delfland quiere que esos empresarios tengan clara su responsabilidad a la hora de evitar fugas en el invernadero. Tienen el deber de garantizar que el medio ambiente y el agua en la zona donde se sitúa su negocio estén y permanezcan limpios. Las fugas y los vertidos a las aguas superficiales dañan la reputación del sector de la horticultura de invernadero.
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