El mes pasado, las autoridades aduaneras europeas interceptaron varios envíos de rosas cultivadas sin la autorización de su legítimo obtentor. El descubrimiento desencadenó acciones legales inmediatas contra los compradores implicados, lo que supuso un importante avance en la protección de los derechos de los obtentores. Los propios envíos fueron destruidos en el país de interceptación, lo que supone un coste adicional para las partes infractoras.
El incidente ha conmocionado a toda la cadena de suministro floral. Los compradores mayoristas de todo el mundo, incluidos los no implicados directamente en el caso, respondieron con rapidez. Varios se pusieron en contacto con sus proveedores, principalmente en Ecuador, con un mensaje claro e inflexible: "Todas las variedades de rosas deben estar debidamente autorizadas y al día en el pago de royalties, o corren el riesgo de entrar permanentemente en la lista negra".
Esta presión coercitiva impulsada por el mercado catalizó una oleada de regularización. Muchos productores que antes operaban en zonas grises legales -cultivando y vendiendo variedades sin pagar los derechos exigidos- acudieron al representante de los respectivos obtentores de rosas, Plantec, para legalizar sus operaciones.
En un cambio significativo hacia la transparencia y la rendición de cuentas, estos productores empezaron a saldar sus obligaciones pendientes en materia de cánones y a formalizar sus acuerdos de licencia. El impulso sugiere un movimiento más amplio dentro de la industria hacia el respeto de la propiedad intelectual, la equidad en la distribución de variedades y la sostenibilidad a largo plazo de la innovación en el fitomejoramiento. Obtentores de rosas como Interplant y Kordes están liderando la industria hacia rosas más productivas, hermosas y resistentes a las enfermedades. La aplicación de los derechos de obtentor permite al sector mejorar tanto la calidad como el valor.
Sin embargo, algunos productores han intentado ocultar el problema en lugar de resolverlo. Estos individuos intentan mezclar rosas cultivadas sin royalties con productos legítimos, etiquetando falsamente todo el envío como pagado por royalties. Esta práctica es un método habitual para eludir el cumplimiento de la propiedad intelectual. No sólo es poco ético, sino también ilegal y rastreable.
Con las modernas herramientas de trazabilidad, las inspecciones fitosanitarias cada vez más detalladas y la mejora de la cooperación entre los representantes de los obtentores, las agencias de aduanas y los compradores, cada vez es más probable que se descubra este tipo de fraude. Las consecuencias de este tipo de fraude son importantes y pueden incluir la confiscación de envíos enteros, incluso si se descubre que sólo una parte de la carga contiene productos sin licencia. Además, las empresas pueden enfrentarse a demandas por incumplimiento de contrato por parte de clientes que reciben mercancías mal etiquetadas. La responsabilidad de la cadena de custodia significa que si un productor mezcla tallos no autorizados con otros legales, todos los eslabones de la cadena de distribución, incluidos exportadores, importadores, mayoristas e incluso grandes retailers, pueden enfrentarse a sanciones por tráfico de mercancías ilegales. También existe responsabilidad legal para los compradores de rosas blanqueadas, ya que las leyes internacionales relativas a la "diligencia debida" atribuyen a los compradores la responsabilidad de verificar que sus proveedores cumplen los requisitos legales, por lo que es responsabilidad del comprador si no lo hace.
La conclusión es sencilla: "La era de la ignorancia voluntaria ha terminado". Los derechos de obtentor son exigibles, rastreables y cada vez más defendidos. Independientemente de que una explotación cultive un tallo o diez hectáreas de material no autorizado, el riesgo tanto para los productores como para los compradores ya no es teórico: es real, legal y se hace cumplir.
Para las explotaciones que actualmente no respetan el derecho internacional de obtentor, hay buenas noticias. Plantec está haciendo que el proceso de legalización de variedades sea más fácil que nunca, y para las explotaciones que trabajan con Plantec de buena fe, el camino hacia el cumplimiento nunca ha sido tan fácil.
Plantec sigue colaborando estrechamente con los obtentores, como Kordes Rosen e Interplant, así como con los productores, para crear un camino hacia la producción legal y el reconocimiento justo de la innovación y la inversión que hay detrás de cada variedad protegida. Para quienes estén dispuestos a operar con transparencia, las puertas siguen abiertas, y la intención de encontrar soluciones respetables que beneficien a productores y obtentores está ahí.
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