El trips es un enemigo conocido de los cultivos de pimiento de Almería y Murcia. Cada año se hace más fuerte provocando pérdidas económicas importantes. Los investigadores del IMIDA de Murcia visualizan un futuro con optimismo gracias a los resultados de sus estudios en el control biológico.
"Los avances de nuestras investigaciones de control biológico son muy importantes, porque pasamos de perder dinero en los años 90 con aplicaciones químicas a ganar dinero y salvar la producción en la década siguiente. Los resultados son espectaculares, el sector sale ganando por todos lados", comenta Michelangelo La Spina, investigador del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA).
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"Las cooperativas nos trasladaron la problemática que tenían con la plaga Thrips parvispinus y, con una financiación conjunta, empezamos a hacer un muestreo para ver qué enemigos naturales podían ayudar a controlarla. Tras contemplar la manera de trabajar de los agricultores y las estructuras vegetales que acompañan a las plantaciones, observamos que, en ellas, viven insectos que pueden ayudar en la lucha", cuenta el investigador.
"El trips entró en las plantaciones de pimiento de la Región de Murcia en 2017. En principio, viene del Sudeste Asiático, y al ser muy pequeño, se estableció bien y está dando muchos problemas. Tiene la capacidad de deformar las hojas, por eso la planta pierde potencial para hacer la fotosíntesis; además, causa daños estéticos en la piel y devaluación del producto", explica La Spina.
Un control biológico sostenible y duradero
"Hay un control de plagas que se hace con químicos y necesita tratamientos semanales; otro, se hace por introducción de insectos y, otro, es el control biológico por conservación, al que nos dedicamos nosotros. En él, tratamos de ver qué hay en el ecosistema agrario y, si hay algo interesante, potenciar su presencia".
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"Este método es más natural, más duradero y no depende de nada, solo de la propia acción del mismo ecosistema. Podemos controlar plagas minimizando los daños. Además, es sostenible, porque es la misma biodiversidad de la zona la que actúa, e incluso de cara a insectos invasores, esa riqueza le ayudaría a defenderse. Las especies locales tienen mucho poder en el control biológico de las plagas", subraya el investigador.
En el Campo de Cartagena, según La Spina, "es donde más técnicos formados hay de control biológico de toda España. Hay mucho talento y son toda una referencia a nivel mundial porque hay muchos casos de éxito".
"Creemos que la agricultura del Campo de Cartagena es intensiva, pero no lo es tanto porque aquí hay una diversidad de cultivos con una consecuente diversidad de insectos que puedes usar a tu favor. Desde melón hasta lechugas, brásicas, cítricos, hierbas aromáticas, patatas, etc. Los setos que ahora se plantan también son refugios de polinizadores y de insectos que pueden ayudar a controlar plagas, la mayoría de las veces son más beneficiosos que perjudiciales", subraya La Spina.
"Nuestra biodiversidad es uno de los tesoros del Mediterráneo, es como el petróleo de otros países; nosotros tenemos sol y biodiversidad que nos ayudan a producir y protegernos. Tenemos que abrir la visión del campo y ayudarnos de los enemigos naturales de las plagas. Se trata de mejorar el agrosistema para que sea equilibrado y sostenible", finaliza el investigador.
Para más información:
Michelangelo La Spina
Investigador
Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA)
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