Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario y del CONICET lleva más de 20 años trabajando en genética y mejoramiento del tomate. A través del proyecto "Código Tomate", desarrollaron variedades adaptadas a la producción agroecológica urbana y periurbana. Además, colaboran con huerteros de la región para reintroducir el cultivo en Rosario.
La iniciativa se nutre de la colaboración entre investigadores y productores para trasladar la ciencia más allá de los laboratorios. El objetivo es crear tomates adecuados para la región, con buen sabor, rendimiento y resistencia a enfermedades, promoviendo prácticas que cuiden el ambiente y la salud de productores y consumidores.
Gustavo Rodríguez, director de Código Tomate, explica que el programa se centra en cruzamientos y selección para obtener cultivares con mejores características de calidad de fruto. Rodríguez afirma: "Como es un programa de mejoramiento también académico, no solo nos interesa el producto final que puede ser una nueva variedad o un nuevo cultivar, sino también conocer las bases científicas de por qué ese cultivar tiene mejor calidad, cuáles son los genes responsables de esa calidad o cómo se puede hacer para hacer más eficiente la selección de cultivares".
En el proceso de mejoramiento genético orientado principalmente a aumentar el rendimiento y la resistencia, se descuidó la calidad. Por ello, se busca recuperar las características de las especies silvestres, que presentan un color rojo intenso y un gusto característico. Rodríguez detalla: "Nosotros hacemos cruzamientos para recuperar esos genes que le dan calidad y larga vida a estos frutos".
Este enfoque llevó al programa a recopilar material genético local y examinar su comportamiento, cruzándolo con líneas mejoradas para obtener variedades adaptadas al manejo de los horticultores de la región.
A partir de 2012, el grupo desarrolló dos cultivares tipo cherry de alta calidad organoléptica, con buen color, sabor destacado y mayor vida de cosecha que los cherrys comunes. Rodríguez explicó: "El típico tomate cherry pesa entre 2 y 4 gramos; nuestros cherrys no son tan pequeños: tienen entre 15 y 20 gramos, un tamaño intermedio, más cercano a lo que se ve en verdulerías".
Fuentes: agrofy.com.ar