A medida que aumentan los costes energéticos, la escasez de mano de obra dificulta las operaciones y el suministro de insumos se hace menos predecible, como ha ocurrido recientemente con la escasez mundial de sustratos, el sector hortícola se encuentra en un periodo de reflexión y adaptación. Katia Zacharaki, fitocientífica de Niab y Directora de InnoPhyte, con amplia experiencia en agricultura vertical, hidroponía y cultivo de fresas, nos habla de los retos y las oportunidades del sector.
"Me di cuenta muy pronto de que faltaba gente capaz de unir la ciencia de las plantas con los negocios. Las startups necesitan gente que pueda llevar muchos sombreros", dice. "Y en horticultura, especialmente en el Reino Unido, no tenemos suficientes titulaciones centradas específicamente en hidroponía o ciencia vegetal avanzada. Ese vacío me hizo valiosa".
Hoy, a través de su empresa de consultoría y colaboraciones con organizaciones de investigación, también desempeña un papel clave en UKUAT, una organización de miembros dedicada a unir granjas verticales, cultivadores de invernadero, proveedores de tecnología y entusiastas para fortalecer el sector de la agricultura urbana.
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Katia Zacharaki (InnoPhyte) y Mark Else (Niab)
Reducir el nitrógeno sin sacrificar el rendimiento
Uno de los proyectos actuales de Katia, consultora de InnoPhyte en colaboración con Niab y Flex Farming, se centra en la optimización del uso del nitrógeno en los sistemas de fresa de Agricultura Total en Ambiente Controlado (TCEA), concretamente con el cultivar de alto rendimiento Malling Ace.
"Estamos desarrollando un modelo de demanda de nitrógeno para reducir la aportación de fertilizantes con un sacrificio mínimo del rendimiento", explica. "Lo emocionante es que también estamos probando la suplementación con CO₂ para contrarrestar cualquier posible caída del rendimiento y mejorar la calidad de la fruta".
Más allá de la eficiencia de los fertilizantes, este enfoque aporta varias ventajas operativas. Al reducir el nitrógeno, las plantas producen hojas más pequeñas, lo que ayuda a controlar el tamaño de la canopia. Esto, a su vez, reduce la necesidad de deshojado manual y puede disminuir los costes de mano de obra. Un follaje más pequeño también implica menos humedad en el entorno de cultivo, lo que facilita y hace más rentable la gestión de las condiciones ambientales, especialmente importante cuando se intenta minimizar el consumo de energía.
El ensayo, que comenzó a principios de 2025, ya está arrojando resultados prometedores. "Hasta ahora estamos viendo un rendimiento excepcional, y las plantas están produciendo bien con una calidad notablemente mejorada y mayores rendimientos bajo CO₂ enriquecido".
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La variedad Malling Ace
Escasez de sustrato: ¿Crisis u oportunidad?
La escasez mundial de sustrato de coco hace que los cultivadores se replanteen sus métodos de producción.
"La mayoría de los cultivadores de fresas utilizan coco, pero se importa de regiones tropicales. Su calidad es irregular y puede ser portador de patógenos", explica Katia. "Esta escasez podría ser una oportunidad para replantearnos nuestra dependencia de él".
Katia ve potencial en los sustratos alternativos y los sistemas híbridos. "Se están reconsiderando técnicas como la NFT (técnica de película de nutrientes), aunque las fresas son vulnerables a las enfermedades de la raíz, así que no es una transición sencilla".
Algunas innovaciones están salvando las distancias. "Empresas como NGS (España) utilizan sistemas que mezclan sustrato y NFT para reducir la dependencia de la fibra de coco y, al mismo tiempo, controlar el riesgo de enfermedades. Es una solución inteligente".
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Uno de los proyectos con Ahman Mohseni (Flex Farming), Katia Zacharaki (InnoPhyte), Mark Else (Niab) y Jim Stevens (IPC).
Presiones financieras en todos los modelos de cultivo
Ya se trate de túneles de polietileno, invernaderos de cristal o granjas verticales, todos los productores sufren tensiones financieras similares.
"Las presiones son reales e implacables", explica. "Los costes de mano de obra, los aumentos del salario mínimo, las cotizaciones a la pensión y la seguridad social (sobre todo en el Reino Unido) se acumulan. Si a eso le añadimos los costes energéticos, resulta difícil mantener la rentabilidad, sobre todo en las instalaciones más pequeñas".
Un reto importante es el poder de fijación de precios de los supermercados. "Los márgenes son increíblemente estrechos", señala. "En muchos casos, vemos que los pequeños productores abandonan el negocio porque no pueden mantener sus operaciones en estas condiciones".
En consecuencia, la innovación y la rentabilidad se han convertido en una necesidad. "Cada año, los productores tienen que encontrar formas de reducir costes manteniendo la calidad".
Las promesas excesivas y las incógnitas de la agricultura vertical
"Muchas empresas sobrestiman lo que pueden conseguir en términos de rendimiento e infravaloran las incógnitas científicas", afirma Katia. "Especialmente en el caso de las fresas, todavía hay muchas cosas que desconocemos cuando se trata de cultivar en TCEA. Estas lagunas de conocimiento pueden hundir una empresa si no se abordan adecuadamente".
Advierte contra lo que los economistas llaman la "trampa del activo hundido". "Las empresas invierten mucho en infraestructuras y sistemas. Incluso cuando queda claro que el modelo no funciona, siguen invirtiendo porque ya están muy comprometidas".
Defiende que la investigación en profundidad no debe recaer únicamente en las startups privadas. "Debería financiarse con fondos públicos para que los hallazgos puedan compartirse y todo el sector pueda crecer de forma más sostenible. Ahora mismo, las startups están haciendo el trabajo pesado de la I+D, lo que desvía recursos de donde más se necesitan: crear un negocio viable."
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Propagación de fresas Niab TCEA
Afrontar la crisis energética con estrategias inteligentes
La crisis energética mundial ha obligado a los agricultores a replantearse sus operaciones.
"En el Reino Unido, acceder a energías renovables es el planteamiento más sostenible a largo plazo. Pero sabemos que eso no es inmediatamente posible para todos".
Mientras tanto, sugiere a los cultivadores que exploren una combinación de estrategias creativas para gestionar los costes energéticos de forma más eficaz. Una de ellas consiste en ajustar los sistemas de iluminación, incluyendo métodos para manipular la luz de forma que se reduzca significativamente el consumo de energía sin comprometer el rendimiento de los cultivos. Otra vía prometedora consiste en negociar directamente con los proveedores de energía. En el Reino Unido, por ejemplo, algunas empresas han conseguido tarifas más baratas fuera de las horas punta o acuerdos de suministro flexible que pueden suponer una diferencia significativa en sus resultados.
Por último, destaca la importancia de optimizar los controles ambientales. Con una gestión más precisa de la humedad y la temperatura, los cultivadores pueden ahorrar más energía y mantener unas condiciones óptimas de cultivo. En su opinión, a medida que la red energética se vuelva más ecológica, los CEA de alta tecnología serán mucho más viables.
La colaboración es clave
Katia subraya que el camino a seguir debe ser la colaboración, no el aislamiento.
"En UKUAT intentamos reunir a todos. Productores, empresas tecnológicas e investigadores deben trabajar juntos. Sólo trabajando entre disciplinas y compartiendo conocimientos podremos superar los principales obstáculos del sector. Tenemos que dejar de reinventar la rueda de forma aislada. Con apoyo público, investigación abierta y modelos de negocio más inteligentes, el futuro del CEA puede ser sostenible y rentable".
Para más información
Innophyte Consulting
Katia Zacharaki, fundadora e investigadora principal
[email protected]
https://innophyte.co.uk