"Cada vez que instalamos una granja vertical, buena parte del personal del lugar parece un poco escéptico al principio", dice Tyler Blair, director general y cofundador de Bit-Farms en Michigan (Estados Unidos). "Pero tres semanas después, nos dan las gracias por lo que hacemos. No sé exactamente qué cambia durante ese tiempo, pero sin duda se conectan con ella".
En Pinewood Middle School, hay una unidad hidropónica compacta entre las cajas registradoras de la cafetería. Los alumnos ven cómo se desarrollan las verduras bajo las luces, prueban lo que han ayudado a cultivar y el personal planifica las cosechas en tiempo real. La apuesta de Bit-Farms es sencilla: poner pequeñas granjas gestionadas por servicios en espacios cotidianos para que la gente pueda ver, probar y hablar de sus alimentos. "Ya no se trata sólo de cultivar alimentos, sino de cultivar la conexión, justo donde la gente vive, come y aprende".© Bit Farms
Del cultivo a las cafeterías
Antes de fundar Bit-Farms, Blair pasó más de una década cultivando cannabis medicinal en Detroit. Hoy rara vez hace hincapié en ese capítulo, sobre todo en contextos orientados a los jóvenes, pero señala que sentó las bases de su experiencia técnica en cultivos de interior, hidroponía, iluminación, climatización y fontanería.
"Ahí es donde me curtí. Aprendí a cultivar, gestionar la genética y controlar un entorno de interior. Pero en cuanto fui padre, supe que algo tenía que cambiar". Regresó al oeste de Michigan, se unió a Revolution Farms y descubrió la lechuga acuapónica. "Comía lechuga todos los días y perdí 18 kilos. Pero lo más importante es que me sentí reconectado con algo real". En Square Roots, donde más tarde fue Director de Programas, surgió una nueva idea. "Nos preguntamos, ¿y si no nos limitáramos a mostrar la granja a la gente, sino que la situáramos en el centro de sus vidas?".© Bit Farms
Una plataforma agrícola plug-and-play
Para que ese momento de cafetería pueda repetirse, el hardware tiene que pasar a un segundo plano. "Nuestras unidades están diseñadas para colocarse casi en cualquier sitio", afirma. "Sólo necesitan una toma eléctrica estándar y Wi-Fi. En general, no se conectan a la red de agua, así que en realidad sólo hay que enchufarlas. Se pueden poner y quitar en cuestión de un par de horas".
"Una vez instalado, gestionamos el sistema a distancia y a través de nuestros equipos de servicio locales. Los clientes pueden cosechar a su antojo o confiar en cosechas programadas gestionadas por nuestro equipo. Todo está diseñado para que sea divertido y fácil". Bit-Farms proporciona una lista de cultivos recomendados y se adapta a las peticiones de los socios de variedades culturalmente relevantes o dirigidas a chefs.© Bit Farms
Donde la educación se une a la nutrición
"El impacto es la cuestión", dice Blair. "En las escuelas ocurre algo extraordinario: los niños se entusiasman con la comida sana cuando pueden verla crecer". Los estudiantes de Biología AP realizan pruebas de variedades en sistemas de sobremesa y trasladan sus selecciones a las granjas de las cafeterías. Los programas culinarios crean mezclas de ensaladas caseras para sus compañeros.
"Es algo más que verduras frescas, es una lección práctica de sostenibilidad, ciencia y nutrición. Crea un contraste inigualable con los aperitivos ultraprocesados envueltos en plástico. Incluso los conserjes ofrecen sugerencias. El personal experimenta con recetas. La granja se convierte en el orgullo de todos".© Bit Farms
Lo que realmente compran los clientes
Blair subraya que el atractivo no es puramente alimentario. "No es sólo equipamiento, es un imán para la comunidad. La comida es intrínsecamente social. Cuando la gente se reúne en torno a una Bit-Farm, se convierte en algo más que una fuente de verduras frescas. Estas interacciones cotidianas, sencillas, espontáneas y basadas en algo real, crean puentes".
Añade que los clientes valoran la señal que envían las granjas. "Pagan para sugerir a sus clientes que se preocupan por los ingredientes, la sostenibilidad, la calidad de los alimentos y la experiencia gastronómica", afirma. "La comida que sale de ahí es un extra". El equipo fija los precios de las suscripciones de modo que el rendimiento mensual sea aproximadamente equivalente al gasto del distribuidor. "No estás pagando de más, sólo estás redirigiendo", dice Blair. "Estás redirigiendo tu presupuesto a algo mejor: productos frescos e hiperlocales más una experiencia gastronómica que señala el cuidado de los ingredientes y la comunidad".© Bit Farms
La comida como medicina
Bit-Farms pondrá en marcha su primera instalación hospitalaria en Grand Rapids en agosto de 2025, basándose en su trabajo con programas de bienestar comunitario. "Hemos estado trabajando con un centro de bienestar llamado Streams of Hope, suministrando verduras para su programa Veggie RX. Ahora llevamos esa experiencia a un importante proveedor de atención sanitaria".
Blair afirma que el sector sanitario podría ser transformador. "Creemos que la conexión entre alimentación y curación es cada vez más reconocida. Vemos un futuro en el que un sistema sanitario puede tener varias granjas in situ que cultiven la verdura de un campo dentro del propio hospital". El proyecto incluye incluso la estética terapéutica. "Hablan de poner una unidad llena de flores en la sala de oncología", dice. "Eso me iluminó".© Bit Farms
Permanecer en la zona a propósito
"No hacemos divulgación. Los clientes vienen a nosotros. Y rechazamos a gente con regularidad porque sabemos lo que funciona y lo que no", dice Blair. Por ahora, la atención se centra en el oeste de Michigan.
"Intentamos acertar con el modelo. Si podemos generar un millón de ingresos sin salir de dos o tres condados, sabremos que hemos construido algo que puede reproducirse, sin perder el alma."© Bit Farms
Para más información:
Bit-Farms
Tyler Blair, Consejero Delegado y Cofundador
[email protected]
www.bit-farms.com