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¿Era real el invernadero flotante de Noruega?

Noruega es reconocida por su avance en energías renovables y movilidad eléctrica, lo cual genera la expectativa de que cualquier innovación ecológica podría surgir en este país. En agosto de 2025, circuló en redes sociales la noticia de un invernadero flotante en Noruega, capaz de producir alimentos, peces y energía limpia. Las imágenes mostraban una supuesta isla circular futurista titulada Ocean Bloom, la cual integraría acuaponía, paneles solares, turbinas eólicas y un sistema de desalinización de agua.

Sin embargo, el Ministerio de Clima y Medio Ambiente de Noruega declaró que no existe tal planificación. Las imágenes viralizadas fueron creadas mediante inteligencia artificial, lo cual es evidente por distorsiones como rostros mal definidos y proporciones anómalas. Este fenómeno revela la creciente circulación de contenidos digitales manipulados que generan expectativas sobre soluciones tecnológicas aún inexistentes. No obstante, también plantea una discusión sobre el potencial real de un invernadero autosuficiente en el mar.

La idea de un invernadero flotante, aunque Ocean Bloom no sea real, reúne beneficios ambientales que sería interesante explorar. Aprovecharía espacios marinos sin necesidad de deforestar, disminuyendo la presión sobre ecosistemas terrestres. Un sistema de este tipo podría integrar acuaponía, combinando el cultivo de plantas con la cría de peces en un circuito cerrado de agua. Este modelo optimiza recursos, ya que los desechos de los peces se transforman en nutrientes para las plantas y el agua se reutiliza, reduciendo el consumo hídrico respecto a la agricultura convencional.

La implementación de paneles solares y turbinas eólicas en la estructura garantizaría energía para el ciclo productivo. La desalinización sería una ventaja, permitiendo convertir agua de mar en agua dulce para riego o abastecimiento de comunidades cercanas en épocas de sequía.

Un invernadero flotante podría ser una alternativa frente al cambio climático, especialmente en áreas costeras vulnerables a la pérdida de tierras agrícolas. Estos espacios podrían funcionar como laboratorios de innovación ecológica, experimentando con tecnologías de economía circular y autosuficiencia energética. Aunque la noticia de Noruega es falsa, refleja un interés en soluciones sostenibles. Este concepto, aunque no es una realidad en Noruega, podría inspirar futuros proyectos globales.

La confusión generada por imágenes artificiales resalta la importancia de verificar la información antes de difundirla. También invita a reflexionar sobre las innovaciones necesarias para enfrentar la crisis ecológica actual. Lo que hoy es ficción digital, podría convertirse en una herramienta clave para la seguridad alimentaria y energética en un planeta cada vez más amenazado.

Fuente: noticiasambientales.com