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En Japón, las fresas se valoran por su tamaño generoso, dulzura equilibrada y aspecto impecable

El Dr. Sanjaya Khanal, desde la Estación Experimental Agrícola de la prefectura de Kagawa (Japón), lidera con pasión un programa de mejoramiento de fresas que aúna genética de vanguardia con técnicas agrícolas innovadoras. Su meta es satisfacer tanto demandas locales como globales, equilibrando criterio estético, sabor refinado y sostenibilidad ambiental.

En su labor más reciente, el Dr. Khanal se ha centrado en mejorar tres rasgos fundamentales para los productores comerciales: resistencia a enfermedades, vida útil tras la cosecha y adaptabilidad a diversos climas. Uno de sus logros es el desarrollo de cultivares resistentes al Botrytis cinerea, un hongo devastador para las plantaciones. Este avance permite reducir pérdidas y disminuir el uso de pesticidas, haciendo la producción de fresas más sostenible y rentable. Además, sus variedades presentan una vida poscosecha más prolongada, lo que facilita el envío internacional y ayuda a combatir el desperdicio alimentario.

Pero la innovación no se limita a los genes: el Dr. Khanal investiga métodos pioneros como el cultivo en torre bajo entornos controlados, una técnica que optimiza el espacio y el rendimiento, y que podría transformar la producción comercial a nivel global. Estas estructuras son especialmente valiosas en la agricultura urbana o en zonas con escaso terreno disponible.

© Dr Sanjaya Khanal

Atendiendo las necesidades específicas de los productores
En Japón, las fresas se valoran por su tamaño generoso, dulzura equilibrada y aspecto impecable, muy valorados por los consumidores. Sus programas de mejora genética responden a estas expectativas, especialmente en ambientes como invernaderos o torres verticales. "En contraste, en Europa o Medio Oriente, los productores priorizan rendimiento y resistencia a enfermedades, dada la variabilidad meteorológica", apunta el Dr. Khanal, quien trabaja para encontrar ese punto medio, adaptando los cultivares a condiciones tan dispares como campos tradicionales o sistemas high-tech.

Innovación: sabores, irrigación y tecnología nano
Sus programas genéticos dan prioridad a la resistencia a plagas, vida útil tras la cosecha y calidad sensorial del fruto. Para ello, integra tecnologías punteras, como la irrigación con nano-burbujas, que mejora la absorción de agua y nutrientes, lo que se traduce en frutas de mejor calidad y mayor firmeza. "Observamos mejoras en la retención de agua y nutrición, lo que repercute directamente en la textura y vida útil del fruto", se entusiasma.

Genotipos que responden al entorno
Los sistemas controlados, ya sean invernaderos o torres, plantean un nuevo reto: el efecto genotipo–ambiente (GxE). "Hay variedades que prosperan con la luz solar directa, pero muestran inconsistencias o maduración desigual en iluminación artificial o cultivo en alta densidad. La irrigación con nano-burbujas ayuda a mitigar estos problemas al fortalecer las raíces y vigor de la planta, mejorando su uniformidad, sanidad y calidad del fruto", relata.

© Dr Sanjaya Khanal

Adaptándose a la luz: selección genética precisa
Para adecuar las fresas a cultivos bajo iluminación led, el Dr. Khanal selecciona cuidadosamente genotipos que demuestren resistencia y productividad bajo espectros de luz específicos. La confluencia de mejoramiento tradicional y tecnologías como las nano-burbujas impulsa una agricultura vertical y urbana capaz de producir fresas durante todo el año en condiciones controladas.

"Las fresas cultivadas continuamente en invernadero (y sistemas verticales) presentan diferencias notables respecto a ciclos estacionales: en las primeras, se genera un exceso de estolones (brotes productores), lo que puede disminuir el rendimiento, mientras que los ciclos estacionales sincronizan mejor la floración. La tecnología nano ayuda a equilibrar el vigor y la resistencia, mejorando la consistencia en la producción", explica.

© Dr Sanjaya Khanal

Superando desafíos de mejora genética
Crear variedades que rindan bien en entornos tan diversos —desde campos convencionales hasta cultivos hidropónicos y torres— constituye el gran reto del mejoramiento de fresas. El Dr. Khanal recurre a herramientas moleculares como CRISPR y la selección asistida por marcadores (MAS), que permiten seleccionar con precisión los rasgos deseables y acelerar el desarrollo de cultivares superiores.

Hoy, sus variedades ya se encuentran en fase de ensayo en campo, con parámetros prometedores: resistencia, vida útil prolongada y sabor mejorado, ideales para transportar a larga distancia. "La integración de tecnología de nano-burbujas en el cultivo está elevando la calidad de los frutos, y eso me entusiasma especialmente", añade.

© Dr Sanjaya Khanal

Alianzas globales para una innovación colaborativa
El trabajo del Dr. Khanal traspasa fronteras: colabora con el Centro Agrícola de los Emiratos (TEAC) en Al Ain (Emiratos Árabes), liderando la investigación sobre fresas, y con científicos en Corea del Sur en proyectos de irrigación con nano-burbujas. Estas alianzas buscan generar cultivares sostenibles y productivos para mercados internacionales.

Las herramientas moleculares —como CRISPR y MAS— marcan el pulso de sus proyectos, permitiendo hacer ediciones genéticas altamente específicas y acelerar el rastreo de respuestas vegetales individuales, lo que potencia el desarrollo de variedades más eficientes.

Finalmente, el Dr. Khanal anima a las nuevas generaciones de científicos a adoptar enfoques interdisciplinarios. "El futuro de la genética en fruticultura pasará por la genómica, CRISPR y las tecnologías de agricultura de precisión. Colaborar con colegas, productores y referentes del sector brindará una perspectiva más amplia y permitirá dejar una huella real en el campo", concluye con visión de futuro.

Para más información:
Dr. Sanjaya Khanal
Perfil. sanjayarajkhanal