La producción de Almería se centra en tomate, calabacín, berenjena, pimiento y pepino, pero para ser diferente es necesario especializarse y algunas empresas han logrado salir del calendario y de las variedades habituales, aunque los desafíos son los mismos para todos: la falta de agua, el calor extremo y las consecuentes plagas. Algunas empresas apuntan a la conducta de las grandes cadenas de supermercados como la fuerza que complica más el tablero sin consideración al agricultor.
"Nos hemos especializado en tomate y calabacín para hacer productos un poco diferentes y evitar algo de competencia. El tomate rosa y el corazón de buey, este último muy apreciado en Francia, son nuestras especialidades. A pesar de las circunstancias, estamos recolectando tomate rosa y corazón de buey con sabor y buenos calibres", destaca Manuel Sánchez, gerente de Tomafres.
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"Todo lo que era de especialidad se está convirtiendo en estándar, es muy difícil ser competitivo", señala Sánchez. "En el estío, el clima es extremo y el cultivo más complejo. Ahora tenemos una incidencia de plagas y nuevos virus que hay que afrontar. A esto se le une no solo la escasez de agua, sino su precio".
En la zona de Níjar, "el agua de pozo es muy salina y se puede aprovechar para riegos cortos, pero si necesitas mucha agua, tienes que combinar recursos. Si vemos los precios, el agua de pozo cuesta 45 céntimos/m³; la de las desaladoras, vale 79 céntimos/m³ y, otra, 53 céntimos/m³ . Hay que unir varios tipos de agua en las plantaciones y, además, tener una balsa", señala el gerente.
"Son más restrictivas las centrales de compras que la Unión Europea"
"El cambio climático no ayuda, porque hemos visto cómo se solapaban las producciones de sandía y melón de Almería, Murcia y Sevilla. Cuando se le sumó La Mancha, llegó el desastre del que todavía no se ha salido. Se han cargado melones a 7 céntimos el kilo en el campo, una auténtica ruina para los agricultores; sin embargo, en el supermercado, esos melones estaban a 2,20 € el kilo", subraya Sánchez.
"Creo que los distribuidores hacen de este trabajo algo mucho más difícil porque cuando las cosas se ponen así de complicado solo quieren sacar más beneficio. Si los productores fuésemos capaces de tener el valor para decir no, las cosas serían de otra manera, pero no nos creemos nuestro propio poder", sostiene.
"Las plagas son más agresivas, tiene mucho que ver el calor; además, con la sequía, las plantas se debilitan. Estamos teniendo unos saltos térmicos de 25 °C, pasamos de 18 °C de mínima a 44 °C de máxima. Estas temperaturas a mitad de septiembre son algo extremo".
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El trips hizo mucho daño la campaña pasada en Almería en los cultivos de pimiento. "Este año creo que va a ser peor. En realidad, el Ministerio de Agricultura nos da hasta 40 opciones de tratamientos fitosanitarios para acabar con él, pero son las grandes cadenas de supermercados las que solo admiten unos pocos, siendo más restrictivas que la normativa de la Unión Europea. No se puede hacer agricultura desde un despacho".
"Pienso que no hace falta un comercial si solo se dedica a aceptar lo que el distribuidor le dice. La IA podría llegar a sustituir estos puestos de trabajo. Un buen comercial debe pelear por su producto, pero si va a acatar lo que la central de compras del supermercado le impone, entonces con una IA que pase los pedidos hay más que suficiente", concluye Sánchez.
Tomafres está especializada en la producción y comercialización de tomate, calabacín y berenjena para las secciones premium de superficies gourmet, nacionales y europeas, llegando a 1 millón de kilos anuales.
Para más información:
Manuel Sánchez
Gerente
Tomafres
M.: +34 637 74 07 61
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www.tomafres.com