Cuando en julio de 2025 Growcer adquirió los activos de Freight Farms —una empresa pionera en agricultura en contenedores—, no solo se trató de una operación comercial más: fue un momento clave para el futuro de la agricultura en entornos controlados en América del Norte. Freight Farms dejaba atrás una cartera de clientes en más de 500 ubicaciones, un ecosistema complejo de software y repuestos, y un modelo de soporte técnico que exigía replantearse.
Tan solo cincuenta días después del cierre del acuerdo, el CEO de Growcer, Corey Ellis, ofreció una entrevista franca al medio Vertical Farm Daily, en la que compartió lo que está funcionando, lo que representa un reto y lo que viene en camino.
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Freight Farms ahora en el inventario de Growcer, en un viaje reciente a Boston.
Continuidad para los agricultores de Freight Farms
"Lo primero era asegurar la continuidad", explica Ellis. "Nos hicimos cargo de la gestión del software propietario de Freight Farms y ya hemos migrado a todos los clientes. Además, hemos reactivado el suministro de la mayoría de los repuestos exclusivos".
En una nota pública añadió: "Cuando adquirimos los activos, fue como participar en una subasta a ciegas, como esas de ¿Quién da más?. Teníamos una idea general de lo que había, pero nuestro equipo tuvo que escarbar entre todo: lámparas, discos duros, piezas sueltas... para entender realmente con qué contábamos. Por suerte, Freight Farms había dejado un pequeño stock de repuestos. No era mucho, pero suficiente para empezar a enviar piezas a los agricultores que las necesitaban con urgencia para mantener sus cultivos operativos".
Las duras realidades: repuestos, precios y garantías
Ellis no se anda con rodeos: "Los proveedores originales ya no reconocen garantías a una empresa que 'ya no existe', así que todo quedó sin efecto tras la bancarrota. Además, muchos proveedores estaban en China, y ahora esos repuestos tienen un arancel adicional de aproximadamente un 58%, además de los aumentos generales de precios".
"¿Retomamos relaciones con los antiguos proveedores o buscamos nuevos socios? ¿Mantenemos piezas en stock para emergencias, o simplemente reordenamos con los nuevos precios, que son mucho más altos? La realidad es clara: hoy sería imposible construir una granja vertical por el mismo precio que ayer. Piezas que antes costaban 100 dólares, hoy superan los 200 dólares", apunta.
Decisiones difíciles
"¿Cómo tomamos estas decisiones?", se pregunta Ellis. "En Growcer, siempre actuamos con transparencia: explicamos no solo lo que estamos haciendo, sino también por qué lo hacemos. Estamos negociando directamente con los proveedores internacionales, abogando por nuestros clientes y presionando cuando es necesario", explica Ellis.
"A la par, estamos acelerando la búsqueda de nuevos proveedores para ciertas piezas críticas, intentando equilibrar costes, garantías y calidad. ¿Es perfecto? No. Pero es un buen comienzo", prosigue.
Una mirada realista a los costes de producción
"Estamos ajustando las expectativas de nuestros futuros clientes para que comprendan cuál es el verdadero coste de producción hoy día", afirma Ellis. "Hay muchos mercados donde los números salen, pero el problema ha sido que algunas empresas prometieron rentabilidades imposibles de alcanzar", manifiesta.
"A medio y largo plazo, estamos invirtiendo en investigación y desarrollo para reducir el consumo energético por kilo producido, la mano de obra por kilo y el coste total de producción. Todo ello mediante una mejor gestión energética, automatización selectiva y más fiabilidad en los equipos", enfatiza Ellis.
Democratizando el acceso: modelo de servicio
"Tanto Freight Farms como Growcer enfrentamos desafíos similares: barreras de entrada altas y clientes que necesitan apoyo para operar sus granjas verticales", comenta.
"Trabajamos con instituciones, ONGs y centros educativos que se preguntan cómo financiar una granja en contenedor… y una vez que la tienen, cómo operarla con éxito. Para ello creamos el Growcer Fund, un modelo de granja vertical como servicio: las escuelas pagan una suscripción mensual más baja, acceden a una granja operativa y a todo un paquete de soporte y formación para gestionarla correctamente", indica.
Aprendizajes y rediseño del modelo de soporte
"Hemos aprendido mucho", dice Ellis. "Freight Farms generaba expectativas poco realistas de rentabilidad para pequeñas empresas. Nosotros queremos ser más sinceros desde el principio y alinear mejor lo que ofrecemos con lo que es posible alcanzar".
"Además, su modelo de soporte era insostenible: mucho esfuerzo, mucho coste, pero sin ingresos vinculados. Eso va a cambiar. Implantaremos un modelo de soporte técnico basado en tarifas y suscripciones. Hemos comprobado que, si aportas valor real, los agricultores están dispuestos a pagar por ello. Y así mejoraremos tanto la calidad como la eficacia del servicio", comparte.
"Habrá una tarifa de inicio accesible para un nivel básico de asistencia, con opciones para ampliar. Queremos adaptarnos a las necesidades reales de los agricultores. Al fin y al cabo, estamos aquí para que ellos tengan éxito", destaca.
Un propósito más allá del negocio
"Todo nuestro equipo tiene un vínculo personal con la producción local de alimentos. Algunos vienen de familias agrícolas, otros han trabajado en desarrollo económico o en nutrición. Nos encontramos en este sector porque creemos que es una herramienta poderosa para transformar los sistemas alimentarios", expresa.
"Tomamos la decisión de continuar con el legado de Freight Farms porque sentimos que éramos los más indicados para hacerlo. No se trata solo de dominar la tecnología de agricultura en entornos controlados, sino de ponerla al servicio de las personas y del planeta. La marca Freight Farms sigue siendo fuerte, y estamos valorando todas las opciones para su futuro", concluye Ellis.
Para más información:
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Corey Ellis, Director General
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Stephanie Gordon, Directora de Contenidos y Comunicación
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