Hay un creciente paralelismo entre el cultivo convencional y el ecológico. Por un lado, se da una inclinación del consumidor en cuanto a precios y, por otro, cada vez más, se parecen en el uso de tratamientos permitidos. A la ecuación se ha unido el cultivo biodinámico bajo la certificación Demeter.
"Creo que el convencional tiende a fundirse con el ecológico. La tendencia general va a ser el cultivo ecológico porque no tenemos otra forma de seguir con la agroindustria. Además, creo que el cultivo biodinámico será el nuevo ecológico. Todavía es poco conocido, pero tiene sus consumidores", comenta José Miguel Castillo, gerente de Biotomate.
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El cultivo biodinámico no solo se refiere a los tratamientos, sino "a toda una filosofía de vida y de comunión con la tierra. Es cierto que reconvertir la tierra a la producción biodinámica lleva su tiempo. En líneas generales, es una vuelta a la manera tradicional, una simbiosis entre el cultivo y los animales, los insectos y el ser humano, teniendo en cuenta las fases de la Luna y la astronomía en general", explica el responsable.
Entre los mercados preferentes, está "Alemania, que es la primera en apostar por el cultivo biodinámico, seguida de Francia, Suecia, Dinamarca, Holanda, etc. Los productos Demeter se pueden vender entre 0,15 y 0,30 céntimos más el kilo que el ecológico. Hace años, podían venderse incluso a un precio muy superior. El problema vino con la crisis del COVID, que mermó mucho la capacidad económica del consumidor, pero creo que al final se irá moderando su precio", piensa el gerente.
Nuestra producción es 100% biodinámica. Estamos especializados en tomates rama, pera, redondo, negro, cherry pera, asurcado y rosa, cultivados en Almería, además de otras hortalizas destinadas a la rotación de cultivos. Asimismo, completamos el ciclo anual con nuestras producciones en Sierra Nevada, donde cultivamos tomates y diversas hortalizas.
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Demeter certifica que la producción está "alineada con la naturaleza y los planetas, sobre todo, la Luna", según comenta el gerente. Rudolf Steiner fue el creador de esta manera de producir autosuficiente, donde el suelo, las plantas y las personas están en equilibrio.
"Tenemos un enfoque holístico; no solo eliminamos químicos, sino que entendemos la finca como un sistema cerrado en el que se aprovechan los propios recursos. Contamos con animales que se alimentan de los restos vegetales y cuyos abonos enriquecen nuestras tierras. Además, la producción biodinámica sigue un calendario astronómico para planificar siembras, podas y cosechas", explica Castillo.
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Otra cosa muy importante, señala el responsable, "son los preparados biodinámicos. Estas mezclas se aplican al suelo y a las plantas, por ejemplo, de sílice o estiércol en cuerno de vaca". Y añade: "Hacemos combinaciones de plantas medicinales según unas recetas concretas, y con eso mejoramos la fertilidad y la salud del suelo".
El manejo del cultivo biodinámico implica un mayor esfuerzo, dedicación y, en consecuencia, un coste superior al ecológico, ya que exige más recursos y una mayor precisión en cada fase del proceso. "Un producto Demeter va más allá de una certificación; no todos lo entienden ni lo conocen, pero nuestros clientes sí valoran la filosofía y el compromiso que representa esta forma de cultivar".
Para más información:
José Miguel Castillo
Gerente
Biotomate
M.: +34 711 72 04 85
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