En la reciente Conferencia de la Industria de la AIPH, Sylvie Mamias, Secretaria General de Union Fleurs, asumió el reto de desgranar la legislación de la UE sobre sostenibilidad y lo que significa para el sector de la floricultura.
Union Fleurs es la organización internacional que agrupa al sector de la floricultura y representa a más de 3.000 empresas de todo el mundo, que cubren más del 80% del comercio mundial de flores cortadas y plantas de maceta. Con miembros en una veintena de países -entre ellos, importantes empresas de los Países Bajos, Colombia, Ecuador, Kenia y Etiopía-, la organización tiene una opinión muy clara sobre la forma en que las políticas de la UE influyen en el sector.© Elvira Oosterbaan | HortiDaily.es
El Pacto Verde de la UE
Sylvie recordó a la audiencia que el Green Deal de la UE, lanzado en 2019 como respuesta de Europa al Acuerdo de París, es mucho más que una legislación ambiental. "La sostenibilidad es la combinación de las tres P: personas, planeta y prosperidad. No se trata solo de medio ambiente", subrayó.
El objetivo global del Pacto Verde es la neutralidad climática para 2050, al tiempo que se aborda la pérdida de biodiversidad, se reduce la contaminación, se promueven prácticas de economía circular y se mejora la calidad de vida de los ciudadanos. Lo que lo hace transformador, señaló Sylvie, es el paso "de sistemas voluntarios a normativas y obligaciones jurídicamente vinculantes".
Impacto directo en la floricultura
Varios actos legislativos derivados del Pacto Verde afectarán directamente a la cadena de suministro de la horticultura y la floricultura. Sylvie destacó tres en particular:
- El Reglamento sobre envases y residuos de envases (PPWR): "Tendrá un impacto directo en nuestro sector porque utilizamos muchos envases para plantas y flores cortadas. Impondrá la reciclabilidad y reutilización de envases para limitar el uso de plásticos. Entrará en vigor en agosto de 2026".
- Directiva sobre Diligencia Debida para la Sostenibilidad Corporativa (DDDSC): Con cadenas de suministro internacionales, la floricultura está directamente expuesta. Esta directiva exigirá la diligencia debida en materia de derechos humanos e impacto medioambiental en cada paso de la cadena de suministro.
- Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) y Reglamento sobre Divulgación de Información Financiera Sostenible (SFDR): Estas normas sobre transparencia e información financiera están siendo revisadas, pero afectarán a empresas de todo el sector.
También se espera que otras iniciativas -desde la reducción de pesticidas y la aprobación de biocontroles hasta la restauración de la biodiversidad y las energías renovables- influyan en la producción hortícola.
Retos y oportunidades
Sylvie reconoce que el cumplimiento de la legislación de la UE sobre sostenibilidad aumentará los costes. "El Green Deal es un reto porque se espera que aumente los costes de cumplimiento de la normativa y de producción: inversión en invernaderos, iluminación, sistemas energéticos y condiciones laborales, así como certificación".
Sin embargo, subrayó que cada reto puede verse como una oportunidad. La armonización de las normas de la UE podría reducir la fragmentación del mercado, mientras que el aumento de los costes podría impulsar la innovación. "Seguiremos estimulando la tecnología inteligente en los invernaderos, la horticultura de precisión, las energías renovables, el reciclaje del agua y un mayor uso de las herramientas de biocontrol", afirmó.
Del mismo modo, unas normas más estrictas sobre logística, envasado y gestión de la cadena de frío podrían traducirse en una mayor eficiencia y conservación de la calidad. La creciente demanda de productos sostenibles por parte de los consumidores -que abarca desde la huella de carbono hasta las condiciones laborales- crea presión, pero también acelera la transparencia y la recopilación de datos.
La sostenibilidad como estrategia
Sylvie instó a las empresas a ver la sostenibilidad no como una carga, sino como un motor empresarial. "Lo más importante es tratar la sostenibilidad como un motor estratégico del negocio y no como una carga normativa. Hay que ir más allá del cumplimiento, integrar los objetivos de sostenibilidad en la estrategia empresarial y evaluar todo el ciclo de vida de los productos, desde su origen hasta su eliminación".
También subrayó la importancia de crear sistemas de datos sólidos, innovar continuamente, vigilar la evolución del entorno normativo y comunicarse de forma transparente con las partes interesadas.
Cooperación
Por último, Sylvie subrayó el valor de la colaboración dentro del sector. Señaló la Iniciativa para la Sostenibilidad de la Floricultura (FSI), lanzada en 2013, como ejemplo de cooperación precompetitiva que se anticipó a las exigencias normativas. También destacó el trabajo de la industria en la metodología de la Huella Ambiental de Producto (PEF), ahora respaldada por la UE.
"Estas iniciativas demuestran que nuestro sector ha sabido anticiparse, organizarse y trabajar conjuntamente. La cooperación será aún más importante en el futuro", concluyó.