En Gjoa Haven, una aldea en el ártico de Canadá, Betty Kogvik ha adoptado el cultivo de fresas y otras frutas y verduras en un invernadero de alta tecnología. Esta comunidad, ubicada en una isla azotada por vientos y rodeada de tundra donde los arbustos sobreviven solo durante cortos veranos, es un lugar poco común para cultivar, dada su lejanía de áreas con árboles.
No obstante, Kogvik, quien como muchos inuit de la región jamás tuvo interés en la agricultura, ahora trabaja en un invernadero dentro de contenedores aislados. Estos espacios, con iluminación artificial, permiten el crecimiento de plantas en tierra o agua, gracias a un ambiente regulado por calefacción.
El proyecto de invernadero surgió tras el interés comunicado por ancianos de la comunidad a la Fundación de Investigación del Ártico. En 2019, se instalaron contenedores fuera de Gjoa Haven, aprovechando energía eólica, solar y un generador diésel. El invernadero, llamado "Naurvik" o "lugar de cultivo" en inuit, busca ser un modelo económico sostenible para la región.
Para muchos inuit sin experiencia previa en cultivo, trabajar en el invernadero representó un desafío. Kogvik admitió haber sentido pánico al inicio, preocupada por el crecimiento de las plantas tras la instalación del invernadero. Sin embargo, su trabajo y la capacitación continua han demostrado ser efectivas. "Antes no sabía nada de plantas", mencionó, reflejando su adaptación y aprendizaje.
En Gjoa Haven, varios factores complican la llegada de productos frescos. La distancia y condiciones climáticas extremas impactan tanto la calidad como el costo en tiendas locales. En invierno, productos como bananas pueden congelarse rápidamente antes de llegar a las estanterías.
Dada esta situación, el proyecto del invernadero representa una oportunidad para mejorar la seguridad alimentaria. Mientras las cifras apuntan a una inseguridad alimentaria elevada en Nunavut, la región donde se ubica Gjoa Haven, el invernadero podría ofrecer una alternativa para acceder a alimentos nutritivos a un costo razonable.
Con el tiempo, el invernadero espera incrementar la producción, apoyado por la Agencia Espacial Canadiense, con miras a satisfacer la demanda local y avanzar hacia la sostenibilidad económica.
Fuente: eldiariodelnoroeste.mx