El agrónomo y experto en Inteligencia Artificial (IA), Dr. José Emilio Guerrero, sorprendió a la masiva concurrencia del seminario internacional Transformando el Agro con IA: Casos de éxito en Chile, Latinoamérica y Europa, al afirmar que la IA representa un cambio de paradigma que está transformando todo, incluida la agricultura.
El ingeniero agrónomo español José Emilio Guerrero Ginel es un referente internacional en digitalización e innovación agraria, y muy consultado acerca del impacto de la IA en el agro y sobre los desafíos que ésta plantea para países como el nuestro. Cuenta con una vasta trayectoria de más de 50 años en innovación agropecuaria, tanto en investigación como en cargos de gestión pública, incluyendo 17 años como Secretario General de Agricultura y Ganadería de la Junta de Andalucía.
Actualmente es académico de la Universidad de Córdoba y está involucrado en los cambios que la IA está impulsando en el agro, no solo en España, sino también en varios países de Europa y América Latina, entre ellos Chile. Mucho ha escrito sobre la inteligencia artificial en la agricultura y hoy, desde su experiencia, ¿cuáles son las principales ramas o enfoques de la IA que hoy están impactando la agricultura?
"En primer lugar, podemos distinguir entre machine learning y deep learning, que se sustentan en redes neuronales convolucionales (CNN), adversarias, etc. Estas han sido muy útiles a nivel de investigación para identificar patrones complejos y relaciones de causa y efecto. Por ejemplo, si queremos saber cómo afecta el tipo de suelo al escurrimiento del agua, una red neuronal puede analizar todos los datos y señalar qué factores tienen mayor influencia". Pero, ¿cómo enfrentan los pequeños y medianos agricultores el acceso a estas tecnologías?
"El problema es que las grandes empresas ya tienen un despliegue importante, mientras que los pequeños y medianos productores aún no acceden a esta tecnología en la misma medida. Éste es uno de los temas más preocupantes, porque las tecnologías siempre crean brechas. Pero estamos cerca de poder desarrollar herramientas que puedan ser utilizadas por todos los estratos, porque son cada vez más amigables, requieren inversiones pequeñas y tienen retornos muy importantes.
"Mi consejo es tener muy claro el problema que se quiere resolver: si es la elección de variedades, el control de plagas, el mercado, el riego o las técnicas de cosecha. Hoy existen muchísimas herramientas de bajo costo, incluso gratuitas, que pueden usarse ya con resultados significativos".
Preguntado por la conectividad, señala que hace cinco o seis años "era un gran problema, pero hoy ha habido un paso de gigante. Ya se usan sensores de bajo coste en campo, que transmiten datos a antenas locales también de bajo coste. Esto ya lo vemos en España y también en Chile. Y si los agricultores pequeños y medianos se asocian, los costos bajan aún más".
Europa y América Latina
En España, el Ministerio de Ciencia y Técnica tiene una plataforma para medir la "madurez digital" de las empresas. A nivel de la Unión Europea hay un observatorio de progreso que evalúa el avance de la inteligencia artificial.
"Más que diferencias entre países en cuanto a acceso a la IA y la tecnología, lo relevante es que en la Unión Europea (UE) compartimos normativas, programas de innovación y acceso a tecnologías. Eso genera bastante homogeneidad", señaló. "En este sentido, en América Latina no contamos con una entidad que represente a la región de manera integrada como bloque, y por ello el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) cuya sede central está en San José, Costa Rica, está trabajando en una estrategia regional de inteligencia artificial aplicada a la agricultura, lo que me parece uno de los mejores esfuerzos en curso".
Si nos vamos a EE. UU., su liderazgo está en las grandes tecnológicas como Google y Microsoft. En China, en cambio, es el Estado el que impulsa con inversiones enormes. Son dos modelos distintos: uno, privado y comercial; el otro, público y estratégico.
¿Cuáles son los riesgos de la IA en la agricultura?
La IA en la agricultura no está exenta de riesgos. "Uno es el mal uso de la tecnología: necesitamos normas claras. Otro es el rezago cultural: si los agricultores miran hacia otro lado, la brecha será enorme porque la IA avanza muy rápido".
"También se habla mucho del consumo de agua y energía de los centros de datos. Sí, la IA exige grandes recursos, pero se están desarrollando modelos más eficientes, con menor impacto ambiental, y microchips que consumen menos. Es un tema que hay que vigilar, pero no debe simplificarse. Todo depende de la tecnología, de dónde se ubiquen los centros y de cómo se gestionen".
Fuente: fia.cl