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El tomate de Sinaloa entre aranceles, sequía y violencia

Productores de tomate en Sinaloa se enfrentan esta temporada a los aranceles impuestos por EE. UU. y las condiciones de sequía que afectan la producción. Socorro Castro Gálvez, productor y exportador, señaló que enfrentarán un arancel del 17% y estrictos requisitos de agua, lo que complicará la siembra en la temporada 2025-2026. "Va a estar muy difícil empezar, porque le va a temblar la mano al gobierno para soltar el agua", afirmó.

El sector agrícola se ve afectado por políticas de ambos gobiernos, tanto por el vecino como por México, que no ha implementado reformas para ayudar al campo. "Es una temporada muy difícil, inédita", expresó Castro Gálvez. Héctor Heredia, productor de Villa Juárez, coincidió en que estos factores reducirán la superficie cultivada y la cantidad de jornaleros necesarios, pasando de 350 a 300 trabajadores.

Las restricciones estadounidenses y la violencia en la región han disminuido el interés de jornaleros de otras partes del país en trasladarse a Sinaloa para trabajar. "No están queriendo venir por la violencia", comentó Heredia, especialmente en Villa Juárez, donde la incertidumbre ha afectado la siembra, reduciendo el área cultivada de 150 a 90 hectáreas.

Según CAADES, México exporta 1.8 millones de toneladas de tomate a EE. UU., de las cuales Sinaloa aporta 400 mil toneladas, generando 400 millones de dólares. Sin embargo, las regulaciones, junto con la violencia, complican la situación para los agricultores locales.

El contexto se originó en 1996, cuando productores de Florida acusaron a México de dumping, lo que llevó a acuerdos de precios mínimos que fueron rotos en 2019 con un arancel provisional. En 2023, nuevamente se estableció un arancel del 17.9%.

Jesús Rojo Plascencia, presidente de CAADES, explicó que el arancel debería afectar más al consumidor estadounidense que a los productores mexicanos, debido a la alta demanda que EE. UU. no puede satisfacer internamente. Mientras, Ramón Gallegos Araiza, subsecretario de SAADER, destacó el impacto sobre la cadena de comercialización más que sobre la producción agrícola en México.

Rojo Plascencia comentó que la calidad del tomate mexicano, junto a la aplicación de nuevas tecnologías, permite que dos de cada tres tomates consumidos en EE. UU. provengan de México, y difícilmente ellos podrían cubrir o encontrar otro país que participe en la importación, por lo que estimó que las medidas impuestas por el país del norte no estarán vigentes por un largo período de tiempo.

"El tomate mexicano es de mayor calidad y cantidad que el que produce Estados Unidos. Es por esto que seguimos siendo un proveedor clave del mercado estadounidense", explicó el representante agrícola.

Fuente: riodoce.mx