La única solución real frente al virus rugoso del tomate (ToBRFV) son las variedades resistentes. Así lo recalcó la semana pasada Simon Conway, presidente de la British Tomato Growers Association, durante la British Tomato Conference. Aunque las variedades tradicionales siguen siendo las favoritas de distribuidores y consumidores por su sabor, Conway advirtió que mantenerlas supone un riesgo financiero enorme, con cinco brotes activos solo este año en el Reino Unido, la cifra más alta registrada hasta ahora.
© Arlette Sijmonsma | HortiDaily.es
La British Tomato Conference es un punto de encuentro habitual para productores y obtentores, pero este año se sumó un número récord de retailers. Simon Conway aprovechó para dirigirse directamente a ellos: "Las variedades resistentes están disponibles y protegen al agricultor, pero el mercado sigue prefiriendo las no resistentes por sus perfiles de sabor". Insistió en que la mejora genética avanza rápidamente y que las nuevas variedades resistentes son cada vez mejores. "Seguir adelante con las viejas variedades llevará a muchos productores a la quiebra", alertó.
Manejo integrado: resistencia y buenas prácticas
Sus palabras siguieron a la intervención de Adrian Fox, virólogo sénior en Fera Science Limited, que aportó una panorámica nacional e internacional sobre el virus. Fox subrayó que la resistencia es solo una pieza del manejo integrado, y recomendó combinarla con higiene, monitorización y medidas sanitarias para reducir el riesgo de brotes y reinfecciones.
De los cinco brotes actuales en el Reino Unido, explicó Fox, dos son nuevos en 2025 —uno detectado por la encuesta anual de APHA y otro por una muestra enviada por un productor— y dos son reinfecciones que seguirán clasificadas como positivas hasta que pase una campaña completa sin incidencias. El quinto está en proceso de erradicación hasta el final del ciclo de cultivo.
Mientras que en la UE el ToBRFV se considera un patógeno regulado no cuarentenario (RNQP) —centrándose en el control de semillas y plantas para plantar en lugar de la erradicación obligatoria—, en el Reino Unido sigue siendo de cuarentena, con notificación obligatoria. Fera trabaja con los productores para prevenir reinfecciones, no para imponer erradicaciones inmediatas.
En el plano internacional, Fox señaló que los brotes continúan en Australia, que ha pasado de la erradicación al manejo, y en Egipto, donde los casos ya están oficialmente confirmados tras años de informes inciertos. Fera comparte sus investigaciones sobre supervivencia y manejo del virus con autoridades fitosanitarias de países como Nueva Zelanda y Australia.
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Controles en semillas y supervivencia en suelo
Fera analiza 3.000 semillas por lote en busca de ToBRFV. En 2024 solo se detectó un positivo. "Es un reflejo del esfuerzo de la industria semillera por mantener la cadena lo más limpia posible", dijo Fox. Aunque las pruebas no pueden garantizar una ausencia absoluta, aconsejó adquirir semillas certificadas y extremar la higiene en la manipulación.
En paralelo, un proyecto liderado por U FRESCO investiga la persistencia del virus en suelos contaminados. Los resultados indican que el virus puede permanecer infeccioso al menos 70 días y, aunque a los 200 días aún se detecten fragmentos del genoma, los bioensayos demuestran que ya no es viable. Fox destacó la importancia de interpretar bien estos resultados: "No es lo mismo detectar un fragmento genético que un virus activo; esa diferencia es crucial para decidir cómo actuar".
Actualmente se usan plantas locales de tabaco como huéspedes en bioensayos, pero experimentos con Nicotiana benthamiana han demostrado una detección diez veces más sensible. Fera también está desarrollando métodos de secuenciación rápida de genomas completos, para complementar los test biológicos y facilitar decisiones más ágiles.
Recomendaciones para productores: "Empezar limpio y mantenerse limpio"
Basándose en los brotes actuales y en la investigación en curso, Fera mantiene su estrategia clave: usar semillas y plantones certificados y libres de virus; desinfectar rigurosamente las áreas de propagación y trasplante; integrar variedades resistentes dentro de un enfoque de sistema completo. La resistencia por sí sola no basta sin higiene ni monitorización.
Al final de cada campaña es vital retirar completamente los restos vegetales y sanear el sustrato para evitar acumulación del inóculo. Fox recordó que la contaminación del suelo puede persistir más de dos meses, por lo que esta limpieza es crítica.
"Realicen inspecciones y análisis con regularidad", añadió sobre la monitorización. "Las pruebas PCR pueden detectar fragmentos no infecciosos, pero la detección temprana de virus viable permite intervenir a tiempo." Subrayó también la importancia de colaborar con las autoridades: notificar sospechas ayuda tanto al control inmediato como a la prevención a largo plazo.
Para apoyar al sector, Fera está actualizando su centro en línea sobre ToBRFV, que reunirá investigación, datos de vigilancia y guías prácticas. "Queremos crear un recurso vivo de información", concluyó Fox, que permita a productores y semilleros acceder a las últimas recomendaciones y herramientas para un manejo eficaz del virus.
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