El martes 30 de septiembre, justo un día antes de que diera inicio la feria Proflora en Bogotá, varios visitantes internacionales tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano diversas fincas colombianas, explorando en profundidad los procesos de producción, mejoramiento genético y poscosecha. Aunque pronto compartiremos un reportaje más detallado sobre estas visitas, aquí va un adelanto del recorrido. © Mirthe Walpot | HortiDaily.es
Una de las paradas destacadas fue en La Plazoletta, una finca que este año celebra nada menos que cuatro décadas de trayectoria en el sector floral. De la mano de Christian, los asistentes recorrieron sus 40 hectáreas de cultivo, donde se producen variedades como alstroemeria, solidago, boca de dragón y statice. Con un equipo humano de 700 personas —el 80% mujeres—, la finca genera semanalmente alrededor de 80.000 tallos de alstroemeria, con una oferta de 40 variedades distintas.
La empresa no solo apuesta por la productividad, sino que también ha incorporado un fuerte compromiso social y medioambiental. En la zona circundante, mantiene comedores y hasta una guardería para las familias que viven cerca de los campos de cultivo. En términos de sostenibilidad, destaca el uso de agua de lluvia para cubrir el 80% de las necesidades hídricas, el aprovechamiento de paneles solares en la zona de poscosecha y el uso de tecnología de enfriamiento al vacío (Dry-C), que garantiza un equilibrio óptimo de temperatura y humedad en la conservación de las flores. © Mirthe Walpot | HortiDaily.es
Como comentó uno de los visitantes, al ver cuántas manos y procesos intervienen en la cadena: "Si todo el mundo conociera esta historia y supiera cuántas personas tocan sus arreglos florales, entenderían de verdad el valor de una flor".© Mirthe Walpot | HortiDaily.es
La jornada también incluyó visitas a Geoflora y SB Talee, empresas con raíces italianas. Fundadas en la Toscana en los años 60, la familia propietaria decidió expandir sus operaciones a Colombia hace ya 40 años. Hoy en día, SB Talee se dedica principalmente al mejoramiento genético de claveles, mientras que Geoflora se enfoca en el cultivo y exportación.
Repartida en 54 hectáreas y 5 fincas, la operación emplea a más de 1.100 personas. Aunque también cultivan alstroemerias y ranúnculos tipo spray, el clavel (dianthus) sigue siendo el alma del negocio. Su labor en genética es impresionante: de unas 30.000 semillas, apenas 30 variedades logran llegar al cuarto año del proceso de selección. Su colección parental incluye líneas que han sido cuidadosamente preservadas por más de medio siglo.
© Mirthe Walpot | HortiDaily.es
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No es de extrañar que el clavel esté viviendo una auténtica resurrección en los mercados internacionales. Para garantizar la calidad del producto, cada flor es sometida a exigentes pruebas de duración en florero, incluso para destinos tan lejanos como Japón, donde el tránsito puede prolongarse hasta seis semanas.