Limpios, silenciosos, ligeros y rentables. Así se pueden definir los remolques frigoríficos eléctricos que la empresa holandesa THT New Cool lleva varios años alquilando a operadores logísticos del sector agroalimentario. Cerca de mil unidades ya circulan por las carreteras de Europa —y más allá—, y todo indica que esa cifra no hará más que crecer. Los beneficios de una unidad de refrigeración eléctrica son evidentes: se eliminan tanto el uso de diésel como las emisiones contaminantes, el nivel sonoro se reduce drásticamente y, además, el sistema resulta económicamente atractivo a medio plazo.
La historia comenzó en 2007, cuando Twan Heetkamp, con experiencia previa en el mundo del transporte, se asoció con empresas como TRS/Carrier para desarrollar una unidad de refrigeración totalmente eléctrica. El primer prototipo vio la luz en 2012 y, para 2013, ya rodaba en condiciones reales. Doce años y más de 20.000 horas de funcionamiento después, ese mismo equipo sigue operando, lo que da una idea clara de su fiabilidad.
Entre 2014 y 2017 se llevó a cabo una segunda fase piloto con 22 remolques en uso diario. Los resultados fueron positivos, confirmando que el sistema estaba listo para escalar. Hoy, casi mil remolques equipados con el sistema de THT New Cool están en servicio en Europa, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos. La tecnología puede instalarse en remolques de cualquier fabricante.
Carrier Vector eCool
Uno de los componentes clave del sistema es el eje generador de energía, que transforma la energía cinética generada al frenar en electricidad. Esta se almacena en un paquete de baterías desarrollado por Carrier Transicold, protegido por una carcasa de aluminio. "Pesa solo 325 kilos y permite hasta 4.000 ciclos de carga al 80% de descarga", explica Heetkamp. La energía acumulada alimenta el sistema Carrier Vector eCool. Si el nivel de batería baja del 40%, se activa automáticamente un generador que la recarga hasta un 60–70%. La batería tiene una capacidad de 19,5 kWh. "Optamos por mantenerla ligera y eficiente. Más capacidad implicaría más peso y mayor coste".
Frente a los sistemas diésel tradicionales, las ventajas son abrumadoras. "En primer lugar, desaparece el combustible fósil, lo que supone cero emisiones y ahorro en combustible. En segundo lugar, el silencio: el nivel máximo de ruido ronda los 56 decibelios, básicamente el sonido de los ventiladores. Y como es lógico, refrigerar sin mover aire no es posible, pero sigue siendo muchísimo más silencioso que un motor diésel", indica.
Desde el punto de vista económico, también tiene sentido. Aunque la inversión inicial es más elevada, a partir del séptimo año los ahorros se hacen evidentes. "Se ahorran unos 30 litros de diésel al día, y la mayoría de los remolques se mantienen en uso más allá de esos siete años", comparte. Además, el sistema eléctrico es más ligero y mejor distribuido. La batería se coloca en el espacio que antes ocupaban los palés de reserva, reduciendo así la carga sobre el eje trasero del tractor.
¿Congestión de red? No hay problema
Una de las preocupaciones habituales en Europa, y en especial en Países Bajos, es la congestión de la red eléctrica. Pero según Heetkamp, sus remolques apenas contribuyen a ese problema. "Generan su propia electricidad al circular. Es energía que de otro modo se desperdiciaría en la frenada. La carga externa es puntual", señala.
Estos remolques son ideales para distribución urbana o rutas de corta distancia, donde el retorno al centro logístico se produce al final del día. Para trayectos más largos, sería necesario disponer de puntos de recarga a lo largo del recorrido, o bien operar con dos conductores. "Pero la mayoría del transporte refrigerado se realiza precisamente en distribución diaria, que es donde están las mayores oportunidades", recuerda.
La evolución no se detiene
Para Heetkamp, no hay duda: el futuro del transporte es eléctrico, no solo en refrigeración, sino también en el propio vehículo tractor. "Todo se reduce a números. En cuanto el coste por kilómetro del camión eléctrico sea inferior al del diésel, todo el mundo hará el cambio. Ese momento está a la vuelta de la esquina. En 2019 entregamos un remolque acoplado a un camión eléctrico con 100 km de autonomía. Dos años después ya llegaba a 200, hoy ronda los 600 y pronto alcanzaremos los 700 u 800 km", manifiesta.
Solo en Países Bajos se matriculan unos 800 camiones eléctricos nuevos al año. "La tecnología ya está aquí. Lo que falta es construir la infraestructura adecuada y asegurar el suministro de electricidad a precios razonables. La congestión de la red se resolverá, y también llegarán soluciones energéticas más baratas", opina.
Heetkamp incluso imagina un futuro en el que las propias empresas se conviertan en generadoras de energía. "Imagina un centro de distribución con paneles solares. Durante el día se produce electricidad que por la noche se puede vender a los camiones estacionados".
El contaminante: el motor de refrigeración, no el camión
Pocos saben que el verdadero foco de contaminación en el transporte refrigerado no es el camión, sino el pequeño motor diésel del sistema de refrigeración. "Es hasta 16 veces más contaminante", afirma Heetkamp. "Los remolques frigoríficos representan alrededor del 20% del transporte de mercancías, pero generan más del 50% de las emisiones de partículas finas del sector", enfatiza. Actualmente, hay casi 1.000 remolques con un motor de refrigeración eléctrica de THT New Cool en las carreteras europeas.
La raíz del problema está en un vacío legal: los motores con potencia superior a 17 kW deben cumplir con exigentes normativas medioambientales, pero muchos fabricantes han optado por reducir la potencia de sus motores de refrigeración por debajo de ese umbral en lugar de hacerlos más limpios.
Ahí es donde Heetkamp ve una gran oportunidad: "Si realmente se quiere reducir el impacto ambiental del transporte en poco tiempo, lo más efectivo no es electrificar todos los camiones, sino sustituir los motores diésel de refrigeración. El beneficio es mayor, más rápido y más viable", concluye.
Para más información:
THT New Cool
Horsterweg 74 C
5971 NG Grubbenvorst (Países Bajos)
Tel.: +31 (0)6-53240260
https://thtnewcool.eu
[email protected]