Es digno de reconocimiento que se valore la calidad de ciertos tomates con un nivel de Brix superior a 9, con cepas vigorosas y una vida útil notable. Son frutos que destacan por su intensidad de sabor y que, en ocasiones, se comparan con auténticas joyas de la huerta: pequeñas piezas capaces de aportar un dulzor singular y una experiencia sensorial muy apreciada por el consumidor.
Sin embargo, conviene ir más allá de las descripciones poéticas y detenernos en lo que ocurre con el cultivo real del tomate. El verdadero punto de referencia se encuentra actualmente en el Reino Unido, donde en la Malvern Autumn Show se están batiendo récords que marcan la pauta en la producción y la exhibición de esta hortaliza.
¿Te suena Douglas Smith, aquel agricultor británico de Hertfordshire que ya había dejado su huella en el libro Guinness con la mayor cantidad de tomates en un solo racimo (1.269) y en una sola planta (5.891)? Pues acaba de superarse. Esta vez ha presentado un tomate gigante de 4,39 kg, lo que le ha valido el récord europeo al tomate más pesado jamás cultivado.
© Guiness Book of Records
Y no queda ahí la cosa. En el mismo evento, otros productores también se han llevado la gloria con auténticas proezas hortícolas:
- el rábano más largo: nada menos que 7,848 metros, cultivado por Joe Atherton, apodado con razón el "Rey de los Largos", dada su impresionante colección de títulos a las hortalizas más extensas.
- la berenjena más larga: 49 cm, obra de Peter Glazebrook, quien, por si fuera poco, también ostenta el récord a la judía más alta, con una planta que alcanzó los 8,006 metros.
- el pimiento dulce más largo: 26,7 cm, conseguido por los hermanos Kevin, Gareth y Jamie Fortey, también británicos.