En José María Morelos, el productor Andrés Báez ha trabajado arduamente para rehabilitar invernaderos abandonados en la comunidad de Dziuché, enfocado en revivir la producción agrícola sin apoyo gubernamental. Junto a un ingeniero, Báez restauró dos estructuras en desuso, que ahora producen chile habanero, chile xcatik y tomate, evidenciando el potencial del campo morelense.
Báez narró: "Lo que hemos pasado ha sido difícil, pero con amor a la producción y mucho trabajo logramos levantar dos naves". En una nave ya se cosecha chile habanero, mientras que la otra sostiene plantas de tomate que estarán listas para diciembre. Báez recalca que el campo aún responde al esfuerzo invertido.
En José María Morelos existen numerosos invernaderos que alguna vez simbolizaron el potencial agrícola local, comenta Báez, indicando que muy pocas estructuras siguen operativas. Destacó que los invernaderos en comunidades como Tabasquito, La Presumida y Sabán han sido abandonados o vendidos como chatarra.
El chile habanero se negocia a 50 pesos el kilo, mientras que el chile xcatik puede llegar a 80 pesos con intermediarios. Báez estima una producción de hasta 400 kilos semanales en temporada alta, con una duración productiva de seis a siete meses. Recalca la necesidad de constancia, mantenimiento y fertilización en los cultivos.
Báez recordó que José María Morelos fue conocido como "el granero del estado", pero el cultivo predominante ha cambiado a limones, papaya y otros productos. A pesar de ello, el campo sigue produciendo buenos resultados con la inversión adecuada.
Báez abordó la carencia de apoyo institucional para los agricultores locales, indicando que "el campesino no tiene para comprar las plántulas ni los fertilizantes, que son caros". Según Báez, la solución está en las alianzas entre campesinos y empresarios, promoviendo mecanismos más allá del respaldo gubernamental.
El productor de Dziuché considera que estas alianzas son cruciales para recuperar los invernaderos. "Si no se puede solo, hay que asociarse... Lo importante es no abandonar lo que se tiene", afirmó Báez.
El trabajo de Andrés Báez simboliza la resistencia en el campo quintanarroense, evidenciando que, aun sin respaldo formal, la tierra recompensa a quienes perseveran.
Fuente: diariocambio22.mx