El déficit de presión de vapor, o VPD, es uno de esos temas del cultivo de cannabis de los que todo el mundo habla, pero del que aún no hay muchos datos concretos. El concepto en sí no es el problema, aunque siempre hay algo más que aprender; el verdadero problema es controlarlo. En el secado y el curado, empresas como Cannatrol ya han demostrado que la presión de vapor puede controlarse con precisión. En el cultivo, sin embargo, es otra historia. Las oscilaciones constantes, especialmente cuando se encienden o apagan las luces, hacen casi imposible mantener la VPD estable durante todo el ciclo. Los productores han tenido que sortear esta realidad durante años, preparándose para los picos de humedad durante la bajada de la luz. Pero, ¿qué pasaría si se pudiera mantener estable la VPD?
Como ya se ha mencionado, Cannatrol ha construido su reputación sobre la base de la precisión postcosecha. Sus sistemas de secado y curado introdujeron un control estable de la presión de vapor en un proceso dominado durante mucho tiempo por la ciencia anecdótica. Ahora, la empresa aplica el mismo enfoque al cultivo, centrándose en el control de la presión de vapor.
"Las plantas son esencialmente dispositivos de presión diferencial", afirma el director técnico y fundador David Sandelman. "Constantemente liberan vapor de agua a través de sus estomas como subproducto de la fotosíntesis. Las plantas pueden transpirar en exceso si la diferencia de presión de vapor entre la habitación y la hoja es demasiado alta, lo que provoca que se extraigan más nutrientes de los que se pueden utilizar. Por otro lado, si la diferencia de presión de vapor es demasiado baja, la humedad permanece alrededor de la superficie de la hoja, favoreciendo la aparición de moho y microbios. El objetivo es mantener una VPD constante entre la hoja y la habitación".
© Cannatrol
Qué significa realmente VPD
En la superficie de la hoja se produce vapor de agua como subproducto natural de la fotosíntesis. El ambiente circundante tiene un punto de rocío específico, que es otra forma de expresar la presión de vapor. La diferencia entre ambos es la VPD. David señala que los síntomas tradicionales de la sala de cultivo, como la "sobrealimentación" o la "subalimentación", suelen reflejar el aspecto del estrés por VPD. "Cuando un productor describe esos síntomas y yo le pregunto por la VPD, coinciden", explica.
El problema del fotoperiodo
Gestionar ese equilibrio no es fácil con un equipo estándar. Los ciclos de luz, en particular, causan estragos en la uniformidad. "Las luces aportan una enorme cantidad de calor sensible a la habitación", explica David. "Cuando se apagan, esa fuente de calor desaparece, y el aire acondicionado se apaga porque ya no es necesario para refrigerar". La cantidad de agua que puede retener el aire caliente es bastante considerable, por eso la humedad relativa se dispara cuando baja la temperatura."
Cuando eso ocurre, suelen entrar en funcionamiento los deshumidificadores, que eliminan esa agua, al tiempo que liberan calor como subproducto. Eso hace que el aire acondicionado tenga que volver a funcionar. Todo ello crea una especie de ciclo interminable en el que el aire acondicionado enfría la habitación, hace que aumente la humedad, lo que activa de nuevo los deshumidificadores, mientras las plantas se quedan ahí, atrapadas en los vaivenes.
Las unidades de aire acondicionado estándar, señala David, suelen tener una relación fija entre calor sensible (refrigeración) y capacidad latente (eliminación de humedad). No pueden ajustarse a las demandas cambiantes de una sala de cultivo que pasa del fotoperiodo al ciclo oscuro.
Un enfoque diferente
El sistema patentado de Cannatrol funciona de forma diferente al separar la capacidad sensible de la latente. "Cuando ponemos nuestro sistema en un cuarto de cultivo, puede cambiar su capacidad según sea necesario", dice David. "Durante el apagado de las luces, por ejemplo, la sala necesita más capacidad latente para eliminar el agua del aire, no refrigeración adicional. Nuestro sistema se ajusta en consecuencia, mientras que la climatización convencional no puede".
Esa capacidad de "aplanar" el ambiente, manteniendo estable la VPD en lugar de rebotar entre extremos, es lo que convenció a los primeros en adoptar Cannatrol para introducirlo en el cultivo. Hace dos años, un centro de Massachusetts instaló el sistema y los resultados anecdóticos fueron lo bastante sólidos como para que la Cannabis Research Coalition (CRC) realizara un estudio comparativo formal.
El estudio de la CRC pretende poner cifras a lo que hasta ahora ha sido sobre todo intuición. "Hasta ahora, la gente hacía conjeturas sobre las curvas de VPD ideales para el cannabis", afirma David. "Estamos tratando de establecer puntos de referencia para que los productores puedan replicar los resultados con confianza".

Primeros resultados de los ensayos
El ensayo aún está en marcha, y se esperan más datos para 2025. Pero las primeras señales sugieren que la VPD podría ser una de las variables más importantes en el cultivo, al igual que Cannatrol demostró que el control de la presión de vapor lo era en la poscosecha.
"Si podemos demostrar que un control consistente de la VPD no sólo estabiliza el rendimiento, sino que también mejora el desarrollo de cannabinoides, cambia toda la conversación", dice David. "La industria siempre se ha centrado primero en el rendimiento. Pero la calidad es igual de importante. La VPD estable puede ser la palanca que permita a los productores desbloquear ambas cosas."
Para más información
Cannatrol
www.cannatrols.com