El nitrógeno es el motor invisible de la productividad agrícola, pero también una de las principales fuentes de contaminación del suelo y del agua. Solo entre un 30 % y un 50 % del nitrógeno aplicado en los campos es aprovechado por las plantas; el resto se pierde por lixiviación o volatilización, generando emisiones de gases de efecto invernadero.
Para revertir esta tendencia, la Unión Europea ha puesto en marcha NitroScope (Scoping European N fluxes for sustainable N management and conservation practices), un proyecto de investigación del programa Horizon Europe – Mission Soil que aspira a transformar la gestión del nitrógeno en la agricultura europea.
NitroScope, financiado por la European Research Executive Agency (REA) bajo el código 101218902, cuenta con la participación de 25 entidades europeas y una red de 100 sitios de monitorización distribuidos en siete zonas pedoclimáticas.
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El proyecto, que ha comenzado el 1 de octubre de 2025, tendrá una duración de 48 meses y combinará sensórica avanzada, modelización de datos y prácticas agronómicas sostenibles para entender con precisión el comportamiento del nitrógeno en los diferentes ecosistemas agrícolas.
"El objetivo es desarrollar modelos capaces de estimar el presupuesto de nitrógeno —el Nitrogen Budget— desde la escala de parcela hasta el nivel continental", explica Samuel Martínez desde la empresa española Cesens, uno de los socios tecnológicos del consorcio. "Buscamos ofrecer información útil para agricultores y responsables políticos, optimizando el uso del nitrógeno sin comprometer la productividad ni el medio ambiente."
Medir, modelar y reducir las pérdidas de nitrógeno
Las plantas absorben el nitrógeno en forma de nitrato y amonio fundamentalmente, pero este se puede perder por tres vías principales, señala Samuel. "Por lixiviación profunda, que arrastra los nitratos hacia los acuíferos provocando un proceso de eutrofización y, como todos sabemos, de contaminación; por volatilización, generando emisiones de gases como los óxidos de nitrógeno (NOx) a la atmósfera; o por transformaciones biológicas, como la mineralización, que convierten el nitrógeno orgánico en formas reactivas susceptibles de perderse si no se gestionan adecuadamente".
"Para cuantificar estas rutas, NitroScope empleará sensores de humedad y análisis de suelo, combinados con otros sistemas como las torres de covarianza Eddy, capaces de medir los flujos gaseosos y estimar las emisiones directas de nitrógeno al aire. Estas mediciones permitirán una visión completa del ciclo del nitrógeno en diferentes condiciones agrícolas y climáticas, y los datos recopilados se integrarán en un sistema digital común que permitirá a los investigadores calibrar modelos predictivos para cada tipo de suelo y clima europeo, en el cual Cesens desempeñará un papel clave".
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Tecnología española al servicio de la sostenibilidad europea
La empresa riojana Cesens aportará al consorcio NitroScope su experiencia en digitalización agrícola y gestión de datos, articulándola en dos ejes fundamentales: "Mediante la gestión y estructuración de datos, desarrollando un repositorio común para consolidar la información procedente de las diferentes estaciones de campo, y mediante el desarrollo de herramientas prácticas. Para ello, cuando los modelos generados a lo largo del proyecto estén validados, los integraremos en los sistemas de soporte a la decisión (DSS) de Cesens, para que los agricultores puedan visualizar y aplicar las recomendaciones de fertilización ajustadas a las condiciones reales de cada parcela", adelanta Samuel.
"NitroScope no solo aspira a reducir las pérdidas de nitrógeno, sino también a mejorar la rentabilidad agrícola. Al ajustar las dosis de fertilización a las necesidades reales de cada cultivo y suelo, los agricultores podrán reducir costes y mejorar la eficiencia del uso de nutrientes. Desde el punto de vista ambiental, el proyecto contribuirá a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, proteger los acuíferos y avanzar hacia los objetivos de neutralidad climática fijados por la Unión Europea para 2050".
"Además, los datos obtenidos servirán para orientar futuras políticas agrarias europeas, aportando una base científica sólida para definir normativas y estrategias de gestión del nitrógeno más sostenibles".
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