Aunque la iluminación bajo la canopia ha acaparado titulares recientemente en el sector del cannabis, la horticultura tradicional lleva mucho tiempo colocando aparatos en distintos puntos de la canopia. Aun así, el cannabis es un cultivo muy especial, por lo que antes de añadir una tecnología llamativa y extravagante a un cultivo, los cultivadores quieren ser plenamente conscientes de los pros y los contras. Del mismo modo, las empresas de iluminación invierten años en I+D para desarrollar verdaderas soluciones "obvias" para los productores. Este enfoque llevó a Jump Lights a empezar a explorar la iluminación bajo cubierta en 2017, tomándose el tiempo necesario para desarrollar una solución bien concebida.
"Empezamos a estudiar la iluminación bajo cubierta en 2017", explica Matteo del Ninno, director de tecnología de Jump Lights. "En la horticultura tradicional, la iluminación bajo dosel y entre doseles se utiliza para mejorar los rendimientos. Entonces, ¿por qué no en el cannabis?".
En 2020, el equipo comenzó una investigación estructurada con cultivadores. Lo que encontraron era predecible: un montón de configuraciones de bricolaje, mucha creatividad, pero ningún producto realmente diseñado para entornos de cannabis. "La gente ponía luces por todas partes, debajo, a los lados, alrededor, pero la mayoría de lo que usaban procedía de otras industrias", dice Matteo. "Esas luces no estaban pensadas para un espacio CEA. Y cuando las pones bajo el toldo, muy cerca del agua y la suciedad, las cosas se pueden descontrolar fácilmente. Al cosechar, limpiar o pulverizar, es fácil golpear algo o empapar un conector. Teníamos claro que un sistema bajo cubierta debía ser robusto, sencillo y seguro".
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Un enfoque centrado en la eficiencia laboral
Esa fue la filosofía de diseño de Catalyst Pro, la nueva luminaria bajo marquesina de Jump Lights. "Queríamos menos conexiones, porque son los puntos débiles", explica Matteo. En lugar de encadenar conectores expuestos, Jump Lights integró un cableado apantallado que discurre a lo largo de la propia luminaria. "Si rocías, el agua golpea primero el apantallamiento. Los conectores están protegidos, cubiertos y asegurados".
El cuerpo de aluminio anodizado de la luminaria también funciona como disipador de calor, ayudando a disipar el calor de los diodos y manteniendo el peso ligero de la unidad. "Todo el conjunto está diseñado para resistir el abuso diario del cuarto de cultivo", ríe Matteo.
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Pero la robustez no era la única preocupación. Para los productores que ya tienen que hacer malabarismos con cultivos de alta densidad y costes de mano de obra, la instalación de la nueva tecnología tiene que ser sencilla y compatible con los procedimientos habituales. "En algunas instalaciones, la gente retira cientos de lámparas bajo cubierta en cada cosecha", explica Matteo. Por lo general, los productores tienen que retirar las lámparas cuando llega el momento de la cosecha para facilitar a los trabajadores la recogida de todas las flores. Pero una vez hecho esto, hay que limpiar la habitación, y eso es difícil si hay aparatos electrónicos expuestos por ahí. "Es como volver a instalar una sala cada vez", dice. "Hicimos Catalyst Pro fácil de instalar, mover y limpiar, para que no tengas que hacer eso, ahorrando en mano de obra".
Espectro adecuado
Una vez abordados los retos de diseño más estrictamente relacionados con la mano de obra, Matteo y JumpLights tuvieron que encontrar el espectro adecuado para Catalyst Pro. "A medida que se desciende en el dosel, lo primero que se pierde es luz azul", explica Matteo. "Por eso las flores más bajas tienden a ser aireadas o sueltas, les llega menos azul".
El espectro del Catalyst Pro aborda eso directamente, con dos versiones disponibles: una al 34% de rojo y otra al 52%, ambas manteniendo un alto contenido de azul. "La luz azul reduce el espacio intercelular, lo que contribuye a que las hojas y las flores sean más densas", explica Matteo. "En el dosel medio e inferior, eso es exactamente lo que necesitas".
JumpLights evita incluir diodos de luz roja lejana en el diseño de la parte inferior de la copa. "El rojo lejano alarga la planta, hace lo contrario de lo que queremos ahí abajo", dice Matteo. "A altas intensidades de luz, la blanca y la azul son mucho más eficaces".
El resultado es una luz bajo el dosel que no sólo aumenta la luminosidad abajo, sino que complementa lo que ocurre arriba, casi como si hubiera dos ecosistemas distintos en una planta. "Las cubiertas superior e inferior son semiindependientes", explica Matteo. "La luz superior hace que las plantas se estiren, mientras que la inferior las ayuda a compactarse y fortalecerse. Funcionan en equilibrio".
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De C a B y A
Los primeros ensayos con Catalyst Pro sorprendieron incluso a Matteo. "Nuestro primer estudio mostró un aumento del rendimiento del 60-70%", admite. "Pensé que era un error".
La razón no era la biomasa bruta, sino la calidad. "Estás convirtiendo cogollos C en cogollos B, Bs en As. Puede que la biomasa total sólo suba un 15-20%, pero la proporción de flores vendibles aumenta mucho", explica. "Esencialmente, estás ayudando a las flores más bajas a cruzar la línea de meta".
Los productores también descubrieron que podían reducir la defoliación. "Con más luz bajo el dosel, no es necesario deshojar tanto", dice Matteo. "Ahorra trabajo y preserva más superficie natural de la planta para la fotosíntesis".
Interiores e invernaderos
JumpLights también ha desarrollado una versión para invernadero del Catalyst Pro, diseñada para infraestructuras de 480 voltios y que minimiza el riesgo humano. "Estás poniendo electrónica en un ambiente húmedo, mojado y lleno de gente", dice Matteo. "Queríamos mantener las ventajas del alto voltaje pero hacerlo más seguro". La instalación dura aproximadamente un día. "Normalmente, una gota por banco, regulación estándar de 0-10 V", añade Matteo. Y para los productores que utilizan mesas móviles, JumpLights presenta Catalyst Mobile, una versión que se desplaza con las mesas. "Todavía no hemos visto a nadie hacer eso en el cannabis de invernadero", dice Matteo.
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Mayor intensidad de luz
Matteo es muy consciente de que añadir luz bajo la canopia en un paisaje en el que la mayoría de las genéticas se crían en condiciones de poca luz puede conducir a resultados extraordinarios como los del primer ensayo. "Los productores pasan años perfeccionando su genética", afirma Matteo. "Conocen cada respuesta, cada peculiaridad. Pero esos genes evolucionaron con poca luz. Ahora podemos aumentar la intensidad y ayudar a la planta a mostrar de lo que es realmente capaz, hasta la rama inferior".
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