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Ljusgarda representa a Suecia en la CEPE en Ginebra

"Estamos construyendo ecosistemas en los que la tecnología y la biología trabajan en armonía"

En la reunión de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE) celebrada en Ginebra, la empresa sueca de cultivos verticales Ljusgarda presentó una nueva investigación que demuestra cómo la inteligencia artificial puede hacer que los cultivos de interior sean más adaptables y precisos. El proyecto, desarrollado con el apoyo de Vinnova, la Agencia de Innovación Sueca, logró un aumento del rendimiento del 34% al vincular los datos fisiológicos de las plantas con el control ambiental automatizado.

La 17ª sesión del Equipo de Especialistas en Políticas de Innovación y Competitividad de la CEPE reunió a responsables políticos, investigadores y organizaciones internacionales para explorar cómo la inteligencia artificial y la innovación transformadora pueden apoyar un desarrollo sostenible e integrador. Ljusgarda fue la única empresa representada en el panel, compartiendo la perspectiva del sector privado sueco sobre cómo el cultivo basado en datos puede apoyar la sostenibilidad.

© Ljusgarda

De semanas a segundos
Erik Lundgren, fundador y Director de Investigación de Ljusgarda, afirma que el proyecto de la empresa marca un cambio fundamental en la forma de utilizar los datos sobre plantas. "En el proyecto, pudimos acortar el bucle de retroalimentación de datos de semanas a segundos. Siempre hemos tenido una gran calidad y cantidad de datos, pero se utilizaban principalmente para tomar decisiones después de un ciclo de crecimiento. Ahora interpretamos los datos en tiempo real, los introducimos en nuestro algoritmo y realizamos ajustes inteligentes automáticamente, sin interferencia humana".

El sistema utiliza sensores avanzados para controlar la fisiología de las plantas y detectar sutiles respuestas al estrés que antes pasaban desapercibidas. Estos datos permiten al modelo de IA ajustar el riego y otros parámetros de forma autónoma, creando un circuito cerrado de retroalimentación entre la planta y su entorno.

© Ljusgarda

Cuantificar la inteligencia de las plantas
El proyecto logró este resultado controlando un único parámetro: el riego. Lundgren afirma que el resultado pone de relieve cómo se pueden conseguir avances significativos a partir de pequeños ajustes específicos cuando se guían por la retroalimentación de la planta en tiempo real.

"El aumento del rendimiento se consiguió controlando únicamente el riego", explica Lundgren. "La mayor parte del periodo del proyecto se dedicó a comprender e interpretar los datos. Todavía está en I+D, pero ya existen los mecanismos para integrarlo en un entorno comercial. Creemos en las iteraciones cortas y el desarrollo rápido, simplificando todo lo posible para seguir centrándonos en lo que realmente marca la diferencia".

El sistema de Ljusgarda se diseñó pensando en la escalabilidad. "Si demuestras que algo funciona pero no puede aplicarse a los estándares actuales del sector, se convierte en un descubrimiento interesante, no en una solución", afirma Lundgren. "Trabajamos con sensores listos para escalar y construimos el algoritmo para que pueda comunicarse con los sistemas de control existentes".

© Ljusgarda
Erik Lundgren

Descodificar el lenguaje de las plantas
Lundgren cree que el siguiente paso hacia el cultivo inteligente está en descodificar la "firma" única de cada especie vegetal. "Lo más probable es que pueda aplicarse a todas las plantas con tejidos a los que pueda adherirse el sensor. Incluso dentro de la misma familia, por ejemplo dos lechugas distintas, la firma que buscamos no es la misma. Se necesita el proceso y la tecnología adecuados para identificar cómo experimenta el estrés cada planta. Una vez descodificada esa firma, la IA puede responder en consecuencia".

El equipo tiene previsto ampliar el sistema utilizando el aprendizaje por refuerzo, una forma de IA adaptativa que optimiza continuamente los parámetros a lo largo del ciclo de crecimiento basándose en la información que recibe la planta.

Política, innovación y ritmo
© Ljusgarda Durante la sesión de la CEPE, Ljusgarda compartió tanto sus conocimientos científicos como sus reflexiones sobre la política de innovación. Lundgren afirma que los marcos de apoyo son esenciales para permitir a las empresas dar pasos audaces en campos emergentes como la IA agrícola.

"Hicimos hincapié en la necesidad de estructuras de subvención más cortas y menos complejas", afirma Lundgren. "Las empresas como la nuestra deben poder probar ideas audaces e innovadoras con rapidez. Eso acelera los conocimientos y reduce el riesgo lo suficiente como para tomar decisiones estratégicas informadas."

Julia Ragnell, Business Developer de Ljusgarda, añade que el acto fue una oportunidad para poner de relieve cómo funciona la innovación en la práctica. "Para nosotros, el éxito de la innovación radica en la velocidad, el aprendizaje y la valentía para experimentar, con el apoyo de estructuras que permitan exactamente eso", afirma. Ragnell señala que la colaboración abierta y los ciclos de aprendizaje rápidos son esenciales para convertir las ideas en sistemas viables, especialmente en campos emergentes como la IA agrícola.

Julia Ragnell (derecha)

Construir ecosistemas de conocimiento
Lundgren afirma que el trabajo de la empresa pretende conectar la ciencia de las plantas, la tecnología y la sostenibilidad de formas que van más allá de la producción de alimentos. "Ser invitados a compartir nuestros resultados en la ONU pone de relieve el potencial de nuestro trabajo", afirma. "Estamos construyendo ecosistemas en los que la tecnología y la biología trabajan en armonía. Sistemas que no sólo producen alimentos, sino que también pueden contribuir en el futuro a ámbitos como la salud y la nutrición. Cuando comprendemos de verdad el potencial de las plantas, surgen oportunidades totalmente nuevas".

© Ljusgarda

Para más información:
Ljusgarda
Erik Lundgren, Fundador y Director de Investigación
[email protected]
www.ljusgarda.se

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