La comercialización de la flor de cempasúchil, conocida por iluminar caminos en las festividades del Día de Muertos, enfrenta desafíos derivados del cambio climático. La variedad estadounidense, más uniforme y de tallos cortos, mejora las ventas, pero reduce la diversidad genética necesaria para enfrentar fenómenos climáticos extremos.
En Xochimilco, Lucía Ortíz se enfrenta a este reto, ya que las lluvias torrenciales y prolongadas sequías han impactado severamente los cultivos. Algunos productores locales mencionan pérdidas del 50% en sus cosechas debido a estos eventos. Ortíz reflexiona sobre el incierto futuro económico que enfrenta mientras lucha por adaptarse a las nuevas condiciones.
Ortíz comenta, "La planta de cempasúchil a veces nos deja sin nada", reflejando la incertidumbre que viven tantos cultivadores. El cempasúchil genera millones de dólares anualmente, siendo un símbolo vital de la festividad del Día de Muertos, lo cual mantiene su cultivo en el foco económico y cultural.
Mientras tanto, científicos del gobierno trabajan en iniciativas como el banco de semillas Toxinachcal, buscando soluciones más allá del alivio económico inmediato. Este banco almacena variantes de plantas nativas, incluidas 20 del cempasúchil, con la esperanza de preservar la diversidad genética necesaria para la resiliencia climática.
Clara Soto Cortés, bióloga encargada del banco, explica que, aunque la variante híbrida estadounidense facilita la comercialización, carece de la diversidad genética de las variedades nativas necesarias para enfrentar el cambio climático. Soto indica, "La otra semilla (la híbrida) ha sido configurada para un fin. No tiene la diversidad genética que tiene ésta (la nativa) para hacerle frente al cambio climático".
Los esfuerzos incluyen la disposición de semillas más resistentes para los productores locales en caso de nuevas crisis climáticas. Carlos Jiménez, otro productor en Xochimilco, considera opciones como la construcción de invernaderos tras perder parte de su cosecha y ajustar precios debido a problemas como el moho.
Ortíz también evalúa la posibilidad de cultivar flores alternativas más resistentes, a la vez que Jiménez se mantiene fiel al cultivo de cempasúchil, valorando el significado cultural de la planta. En sus palabras, "Las tradiciones ya están desde nuestros ancestros, no va a afectar nunca la tradición".
Fuente: www.latinus.us