El ácaro del bronceado del tomate, (Aculops lycopersici), conocido como vasates, es una plaga que afecta al cultivo de tomate bajo abrigo. Este ácaro suele aparecer en focos localizados, pero gracias a su capacidad de dispersión, puede colonizar rápidamente grandes áreas de la plantación. Todas las partes verdes de la planta, como hojas, tallos y pecíolos, son susceptibles al ataque.
Los primeros síntomas en el tomate suelen manifestarse en la parte baja de la planta, con la plaga avanzando a las zonas superiores mediante el follaje y los tallos. A medida que la infestación progresa, se observa desecación progresiva, pérdida de turgencia y una coloración bronceada o amarillenta, indicativa del daño.
El desarrollo del ácaro es favorecido en condiciones de otoño seco y primavera, sin entrar en diapausa. Las mejores condiciones para su multiplicación son alrededor de 27 °C de temperatura y 30 % de humedad relativa, permitiéndole completar su ciclo de vida en 6 a 7 días si hay suficiente alimento.
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En la provincia de Almería, se ha detectado la presencia de A. lycopersici en una de cada tres parcelas estudiadas y en una de cada cuarenta y dos plantas analizadas. Dada la situación climática actual, se aconseja extremar la vigilancia, ya que estas condiciones facilitan su desarrollo y expansión.
Medidas preventivas y culturales:
- Colocar mallas protectoras con al menos 10 × 20 hilos/cm² en aperturas laterales, cenitales y puertas de los invernaderos. Revisar y reparar roturas regularmente, especialmente en áreas vulnerables a vientos dominantes.
- Remover malas hierbas y restos vegetales que puedan albergar la plaga.
- No abandonar los cultivos al finalizar el ciclo y retirar las plantas muy afectadas para evitar la diseminación del ácaro.
- Durante las tareas de manejo, como poda, tutorado, recolección y riego, tener cuidado de no trasladar la plaga mediante herramientas, ropa o calzado contaminado.
- Desinfectar los útiles de trabajo con solución de fosfato trisódico al 10 % antes y después de cada uso.
- Espaciar temporalmente las nuevas plantaciones para interrumpir la continuidad del huésped y dificultar la supervivencia del ácaro.
- Realizar rotaciones de cultivo usando especies no hospedantes.
- Asegurarse de que el estiércol esté fermentado correctamente y libre de plagas antes de su uso.
- Evitar exceso de vegetación o densidad foliar que dificulte la ventilación y favorezca el desarrollo del ácaro.
- Promover la presencia de enemigos naturales mediante el uso controlado de productos fitosanitarios para preservar la fauna auxiliar.
Fuente: www.juntadeandalucia.es