Colombia, reconocida como el segundo productor mundial de flores, concentra su producción principalmente en Antioquia y la Sabana de Bogotá. Con más de 520 especies y 1,600 variedades, el país ha posicionado su floricultura en el ámbito global, exportando 95% de su producción nacional. En 2024, las exportaciones sumaron US$2.385 millones, consolidándose como el segundo producto de exportación más importante después del café.
El cultivo de hortensias representa 16.5% del área de flores cultivada en Colombia, siendo el oriente antioqueño el principal productor con cerca de 1,700 hectáreas. Este enfoque ha alentado al sector a adoptar prácticas de agricultura regenerativa, apoyado por la Guía Ambiental para Cultivos de Flores del Ministerio de Ambiente, que fomenta la restauración de suelos, conservación de agua y reducción de emisiones.
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El ingeniero agrónomo Néstor Muñoz destaca prácticas como el uso de bioinsumos, la labranza mínima y el compostaje superficial que incrementan la resiliencia ante el cambio climático. "A lo largo del año estaremos hablando de más de $20 millones de ahorro para los productores", señala Muñoz en relación con el impacto de estas prácticas.
El mercado de exportación colombiano enfrenta retos, como la adaptación al cambio climático y la implementación de tecnologías para superar la escasez de mano de obra. Estrategias como mejor manejo del drenaje son esenciales para mitigar los efectos de fenómenos como la enfermedad de secadera causada por el hongo fitóftora, que afecta los cultivos de hortensias.
Además, Muñoz resalta la importancia del relevo generacional, dado que las nuevas generaciones muestran menos interés en trabajar en las fincas. Las tecnologías y productos más amigables con el medio ambiente son necesarios para responder a las demandas contemporáneas de preservación ambiental y sostenibilidad en la floricultura.
Fuente: www.agronegocios.co