El equipo de Aras Tarla Amin ha iniciado una nueva temporada de producción con optimismo y un claro objetivo: mejorar el rendimiento de los invernaderos a pesar de los continuos retos. Situada en la región agrícola de la ciudad iraní de Jolfa, la empresa explota varios invernaderos modernos para el cultivo de hortalizas en condiciones controladas.
"Cada año nos enfrentamos a nuevos retos debido a los factores variables en la producción de cultivos", afirma Reza Tahmani, Director de Producción de Aras Tarla Amin. "Pero a pesar de todo, perseguimos el objetivo principal de producir más cosechas. Espero que tengamos una buena temporada".
Esta temporada, las principales cosechas de la empresa incluyen tomates en racimo y cherry, cultivados en varias unidades de invernadero. Además de supervisar la producción de tomates, Reza también proporciona asesoramiento técnico al invernadero de pepinos, donde se aplican prácticas medioambientales y de gestión de plagas similares.
"Hemos cultivado tomates en racimo y tomates cherry en el invernadero, y también asesoro en el invernadero de pepinos", explica.
© Aras Tarla Amin
Gestión de plagas y presiones estacionales
Al igual que muchas explotaciones de invernaderos de la región, Aras Tarla Amin se enfrenta a presiones persistentes de plagas, en particular de la población de Nesidiocoris tenuis. Este mírido, aunque conocido por sus beneficios potenciales como agente de control biológico, también puede convertirse en una plaga grave de los cultivos de tomate cuando su población supera los niveles umbral.
"Todos los años tenemos problemas con la población de Nesidiocoris tenuis en esta zona", dice Reza. "Y los combatimos mediante métodos como el control mecánico".
Los métodos de control mecánico forman una parte clave del programa de gestión de plagas de la empresa, centrándose en estrategias no químicas como la eliminación física, el trampeo y la mejora de la ventilación. Estos esfuerzos se apoyan en un seguimiento cuidadoso de la actividad de las plagas y en la aplicación oportuna de medidas de control para minimizar los daños a los cultivos.
Gestión del clima del invernadero
Las condiciones climáticas de Jolfa varían considerablemente a lo largo del año, lo que supone oportunidades y limitaciones para la producción en invernadero. Según Reza, la temperatura, la humedad y los niveles de luz suelen ser favorables en primavera, otoño e incluso invierno. Sin embargo, el periodo estival plantea retos importantes.
"No tenemos muchos problemas con la temperatura, la humedad y la luz en primavera y otoño, e incluso en invierno", dice. "Tenemos días calurosos en verano y principios de otoño, cuando la temperatura sube a 46 grados, y en estas condiciones, regar y regular la temperatura dentro del invernadero es muy difícil".
Para gestionar estas condiciones extremas, la empresa recurre a una programación precisa del riego y a sistemas de regulación de la temperatura para evitar el estrés de las plantas y mantener la calidad de la fruta. Solo durante la temporada de invierno se utiliza iluminación artificial para compensar los reducidos niveles de luz natural.
El nuevo ciclo de producción de la empresa Aras Tarla Amin ya está en marcha, con el inicio inmediato de la primera cosecha de tomates. A pesar de los retos que plantean la gestión de plagas y el control del clima, la empresa sigue empeñada en mejorar constantemente y alcanzar cada año niveles de producción más elevados.
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Aras Tarla Amin
Reza Tahmani, Director de Producción
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