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La sobreexplotación del río Bravo afecta la seguridad hídrica en México y EEUU

El río Bravo, conocido en Estados Unidos como río Grande, enfrenta una crisis que podría superar los desafíos del río Colorado. Una investigación reciente señala que, sin acciones rápidas y coordinadas entre México y EEUU, el uso insostenible del río Bravo compromete la seguridad hídrica de millones de personas dependientes de esta cuenca binacional. Las sequías frecuentes y la escasez continua podrían afectar gravemente a agricultores, ciudades y ecosistemas.

El estudio, realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza, Sustainable Waters y expertos universitarios, detalla el uso del río, incluyendo el consumo y la evaporación, mostrando un panorama preocupante de este sistema fluvial. La cuenca del río Bravo proporciona agua potable a 15 millones de personas y riega 809.370 hectáreas de tierras agrícolas en ambos países. Sin embargo, sólo el 48% del agua consumida se repone naturalmente, siendo el 52% restante insostenible, lo que lleva a la sobreexplotación de embalses, acuíferos y del propio río.

Brian Richter, presidente de Sustainable Waters, destacó: "Es una realidad bastante desalentadora y desafiante el que la mitad de nuestra agua no necesariamente va a ser confiable para el futuro".

© Nitsuki | Dreamstime

La irrigación es el mayor consumo de agua en la cuenca, representando el 87%, mientras que la evaporación y otras pérdidas indirectas abarcan más de la mitad del uso total. La temporada de riego se ha reducido, afectando directamente a las granjas, que enfrentan la escasez de agua con graves implicaciones económicas.

El análisis revela que, entre 2000 y 2019, la escasez de agua provocó la pérdida del 18% de tierras agrícolas en Colorado, 36% a lo largo del río Grande en Nuevo México, y 49% en el afluente del río Pecos. Aunque en EEUU la irrigación ha disminuido, en México ha aumentado, lo que agrava la situación.

Para abordar esta crisis, se proponen soluciones diversas según las jurisdicciones, como en Colorado, donde se contemplan cierres de pozos si no se estabiliza el acuífero. En Nuevo México, se considera la reducción del bombeo de aguas subterráneas. El cumplimiento de los pactos internacionales de entrega de agua, como el tratado de 1944 entre México y EEUU, también debe ser prioritario.

Enrique Prunes, del Fondo Mundial para la Naturaleza, resalta que las políticas deben considerar los ecosistemas dependientes de acuíferos al buscar soluciones. "Reequilibrar el sistema también significa mantener esas funciones básicas que tienen el río, los acuíferos y los ecosistemas dependientes de aguas subterráneas", señaló Prunes.

Fuente: www.bostonherald.com

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