La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ha autorizado nuevos pesticidas que contienen PFAS, conocidos como "químicos eternos". Esta decisión ha generado debate sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente, ya que estos compuestos se acumulan en cultivos de consumo masivo como lechuga, brócoli, papas, maíz, soja y trigo.
Recientemente, la EPA aprobó dos pesticidas que cumplen con la definición de PFAS y planea autorizar al menos cuatro más. Los ingredientes aprobados incluyen cyclobutrifluram e isocycloseram para hortalizas y epyrifenacil para cereales como maíz y trigo. Además, la EPA ha propuesto flexibilizar las obligaciones de reporte sobre PFAS y relajar los estándares de agua potable para ellos.
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Brigit Hirsch, portavoz de la EPA, afirmó que "muchos compuestos fluorados registrados o propuestos para uso pesticida en Estados Unidos en los últimos años ofrecen beneficios únicos para agricultores, usuarios y el público". Hirsch subrayó que la EPA ha registrado numerosos pesticidas fluorados durante administraciones de ambos partidos y describió las críticas como "otro ejemplo de organizaciones partidistas difundiendo falsedades".
Los químicos persistentes, llamados PFAS, se utilizan para impermeabilizar productos, incluidos pesticidas. Estos han estado asociados con condiciones de salud como: cáncer, defectos congénitos y enfermedades hepáticas y renales. Su persistencia ambiental les otorga el nombre de "químicos eternos", ya que no se degradan de manera natural.
Una preocupación particular es el trifluoroacético (TFA), un subproducto de la degradación de algunos pesticidas aprobados. Se ha detectado TFA en agua potable y alimentos, y se le vincula con daños reproductivos y hepáticos. La EPA señala que el TFA es "menos tóxico", pero su persistencia y movilidad lo convierten en un contaminante difícil de eliminar.
Linda Birnbaum, toxicóloga, advirtió sobre el impacto de los PFAS de cadena ultracorta que no se acumulan en el cuerpo pero persisten en el ambiente, afectando potencialmente la salud si sus niveles incrementan.
El uso de pesticidas con PFAS es amplio en EE. UU. En California, se aplican aproximadamente 1,13 millones de kilogramos al año. Entre 2018 y 2023, se rociaron 6,8 millones de kilogramos de estos productos en cultivos. El USGS estimó un uso anual nacional de 10 a 16 millones de kilogramos, pero algunos expertos creen que estas cifras son bajas.
La Unión Europea y Dinamarca han prohibido varios ingredientes activos de PFAS en pesticidas por razones ambientales. En Alemania, los pesticidas son la segunda fuente de TFA, después de los refrigerantes, aunque su contaminación tiende a ser más localizada.
Fuente: www.infobae.com