En Islandia, cerca del círculo polar ártico, se cultivan diversas verduras aprovechando la energía volcánica para calentar los invernaderos. Este fenómeno convierte al país en un espacio hortícola autosuficiente.
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Tómas Ponzi cultiva más de 30 variedades de tomates en un invernadero a 20 grados, ideales para su desarrollo, con temperaturas externas de 12 grados. Sus tomates abastecen incluso a restaurantes en Reikiavik. La clave está en la energía geotérmica, donde el calor de volcanes y géiseres se utiliza no solo para la calefacción de hogares, sino también para invernaderos.
Casi el 70% de los tomates y el 100% de los pepinos son de producción local, lo que reduce la dependencia de importaciones europeas. La energía geotérmica también permite cultivos de frutas exóticas, como plátanos. A pesar de la tendencia, algunas personas, como Hildur Arnardóttir, optan por el cultivo autosuficiente en los fiordos occidentales, usando solo energía solar y habilidades personales, así que, desafiando el clima de Ísafjörður, cultiva al aire libre, creciendo una conexión con la naturaleza
Fuente: www.dw.com/es