En un contexto global donde el mercado biotecnológico alcanzará los US$ 123.400 millones para 2025 y duplicará su tamaño hacia 2035, Chile se destaca en investigación, multiplicación y validación de semillas, consolidándose como un polo estratégico en América Latina.
Con exportaciones acumuladas de US$ 2.396 millones en dos décadas, más de 30.000 empleos generados y un marco regulatorio líder a nivel mundial en evaluaciones de productos de edición genética, Chile avanza en solidificar su papel como centro de innovación agrícola.
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Durante la temporada 2012/2013, logró un pico de exportaciones de semillas transgénicas de US$ 351 millones, actuando como piloto en la investigación de maíz, soya y canola que se siembran en mercados internacionales. Este liderazgo se basa en un ecosistema colaborativo entre científicos, reguladores, empresas y agricultores, aportando ingresos anuales de US$ 120 millones en exportaciones físicas y US$ 23 millones en servicios de I+D, con una inversión acumulada de US$ 150 millones en treinta años.
Chile ocupa el segundo lugar mundial en evaluaciones favorables de productos de edición genética con 52 productos aprobados y se perfila para liderar en tecnologías emergentes como la edición génica, cuyo valor global podría alcanzar US$ 41 mil millones hacia 2029.
Voceros de la industria destacan la confianza en la semillería chilena debido a su calidad y seriedad. Mario Schindler, de ANPROS, señala que el modelo de colaboración posiciona a Chile globalmente. Miguel Ángel Sánchez, de ChileBio, resalta que los cultivos transgénicos ofrecen beneficios como un 22% más de rendimiento y un 68% más de ingresos, además de una reducción en el uso de plaguicidas.
El principal desafío para Chile es actualizar su normativa de OGM, vigente desde 2001, y establecer un marco específico para la edición genética, fundamental para desarrollar cultivos resistentes y sostenibles en un escenario de cambio climático.
Fuente: www.entnerd.com