Para FoodVentures, el comienzo de cada temporada de tomates depende de una sólida preparación, una planificación coordinada y la disciplina de la constancia. Ceyhun Cihan, productor jefe, describe la fase inicial como la base sobre la que descansa todo el año. "Intentamos empezar con un plan de cultivo claro, un invernadero limpio y desinfectado, y unos ajustes de clima y riego que ya hemos comprobado y discutido en equipo", afirma. Un comienzo estructurado, unido a la higiene y a unas responsabilidades bien definidas, permite a la explotación prevenir problemas evitables más adelante en el ciclo.
"Cuando empieza la temporada, todo el mundo conoce sus tiempos y responsabilidades, y el trabajo fluye mucho más suavemente". Esta planificación no sólo aclara la carga de trabajo, sino que también favorece unas expectativas de rendimiento precisas y unos compromisos de venta más fiables.
En las primeras semanas, la atención técnica se centra en mantener el equilibrio de la planta. Ceyhun y su equipo controlan los parámetros climáticos (temperatura, humedad y luz) junto con factores de la zona radicular como la EC, el pH y la humedad. "El objetivo no es forzar demasiado el cultivo y corregir después, sino guiarlo con pequeños ajustes desde el principio", señala. La observación atenta ayuda a mantener estable el desarrollo generativo-vegetativo y prepara a las plantas para ciclos largos y productivos.
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Ceyhun Cihan, productor principal de FoodVentures
Aprender de los retos de la temporada pasada
Entre las dificultades más perturbadoras de la temporada pasada figuran los cortes inesperados de electricidad, especialmente durante los periodos fríos. Incluso las interrupciones más breves provocaban notables descensos de temperatura, lo que estresaba los cultivos en fases delicadas. "Unos pocos grados de descenso en el interior durante una interrupción tan breve bastan para someter a las plantas a un grave estrés", explica.
Para evitar que se repitiera, FoodVentures cambió a un generador de mayor capacidad e implantó la conmutación automática, procedimientos de prueba y protocolos de respuesta claros. "Con estos cambios, esperamos mantener el clima del invernadero mucho más estable durante los cortes breves de electricidad", afirma, y añade que la mejora de la resistencia también refuerza la planificación de la producción invernal.
Constancia en las técnicas básicas
Subraya que los buenos resultados en los invernaderos dependen menos de los avances y más de la constancia en las tareas básicas. La higiene y el saneamiento son pilares fundamentales. La limpieza de pasillos, equipos y residuos vegetales reduce la presión de las enfermedades y favorece las estrategias de control biológico. La empresa también cultiva gran parte de su propio material vegetal joven, lo que permite establecer normas uniformes desde las primeras fases. "Esto nos ayuda a controlar la calidad desde el principio y reduce el riesgo de introducir enfermedades y plagas del exterior", afirma.
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La exploración sigue siendo sistemática y estructurada. El registro de las observaciones permite realizar intervenciones más específicas, mientras que el calendario se considera un factor decisivo para el éxito del cultivo. "Sabemos que un retraso de un día a veces puede crear problemas que duren una semana o incluso un mes". Esta urgencia se extiende a la gestión del riego, donde los datos y la evaluación visual se combinan para mantener una zona radicular sana mediante riegos pequeños y frecuentes y una estrecha vigilancia de la CE, el pH y el drenaje.
También se da prioridad a las tareas de manejo de los cultivos, como la poda, el deshojado y el entutorado, para mantener el flujo de aire y la distribución interna de la luz en el dosel. Al final de cada temporada, se comparan los datos climáticos, de riego, de crecimiento y de rendimiento para perfeccionar la estrategia del año siguiente.
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Variedades para futuros proyectos
FoodVentures está evaluando varias variedades nuevas potenciales, centrándose en la resistencia y la adaptación al mercado. "No nos fijamos solo en el rendimiento; también tenemos en cuenta la sanidad vegetal, la adaptación a nuestro clima y las expectativas del mercado", explica. La tolerancia al estrés, sobre todo en los periodos más fríos, y los paquetes de resistencias fuertes son criterios clave. Los bloques de ensayo permiten la comparación directa con las variedades actuales, lo que facilita la toma de decisiones basadas en pruebas sobre qué materiales deben ampliarse.
El sabor, el aspecto y la vida útil también pesan mucho. "Queremos un producto que llame la atención, pero que también se recuerde por su sabor".
Condiciones del mercado y tendencias emergentes
Describe el mercado actual como "bastante volátil", con costes crecientes y presión competitiva. Ofrecer una calidad constante en el momento preciso se ha convertido en algo esencial. A pesar de que las importaciones de los países vecinos presionan ocasionalmente a la baja los precios, afirma que la empresa se ve menos afectada gracias a unas normas fiables y unas relaciones sólidas. "Nuestros clientes no sólo valoran el precio, sino también la fiabilidad, la calidad y la comunicación".
Dos tendencias determinan la toma de decisiones: la demanda de una calidad constante durante toda la temporada y la creciente atención a la sostenibilidad y los residuos. Esto empuja a la empresa a utilizar soluciones biológicas de forma más activa y a documentar las prácticas de producción con mayor detalle. En cuanto al consumidor, el sabor y la frescura son cada vez más importantes e influyen en la selección de variedades y la estrategia de cosecha.
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