En el ejido Llano de la Lima, municipio de Tapachula, la producción agrícola ha experimentado una transformación en las últimas dos décadas. Inicialmente, la comunidad era conocida por la siembra de cacao. Sin embargo, debido a los daños provocados por la monilia, los productores decidieron reorientarse hacia la floricultura. Este cambio ha resultado en un proyecto agrícola que integra a cerca de cien familias y que ocupa unas cuarenta hectáreas, enfocadas principalmente en la producción de flores hawaianas y otras especies tropicales.
Miguel de Jesús Villatoro Javier, ejidatario y tesorero de la cooperativa Jardines de Candelaria, señaló que este cambio ha permitido diversificar la economía local. Actualmente, el sistema de producción incluye flores como flor de paraíso, iris, maracas y otras variedades tropicales. El ejido cultiva alrededor de 60 tipos de flores exóticas, cuya disponibilidad durante gran parte del año facilita su distribución en diferentes regiones de México.
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La producción mensual alcanza alrededor de 200 docenas de flores, principalmente hawaiana e iris, que se distribuyen en el mercado regional y en ciudades como Ciudad de México y Cancún. Parte de la producción se vende a granel y otra mediante arreglos florales, que son utilizados en eventos sociales. Estos arreglos destacan por su durabilidad y diseño adaptado para transporte en coche o avión. El proyecto es parte de un esquema apoyado por el INIFAT, enfocado en fortalecer la cadena de valor de la floricultura local.
El centro agroecoturístico del ejido también facilita la elaboración de arreglos armables, que se distribuyen en cajas especiales. Según los productores, estos arreglos pueden mantenerse en buen estado por hasta seis días, lo cual ha ampliado su comercialización.
Aunque el cultivo de cacao había cesado, el programa Sembrando Vida ha permitido su reintroducción en algunas parcelas junto a las especies ornamentales. La venta directa de chocolate en el restaurante comunitario ha renovado el interés en el cacao como complemento de la floricultura.
Las familias productoras contemplan que el transporte ferroviario podría ser beneficioso para movilizar los arreglos florales a otros mercados, gracias a la resistencia y duración de las especies cultivadas. Con esto, buscan fortalecer la floricultura como alternativa económica para el ejido, conectando su producción con nuevos destinos nacionales.
Fuente: oem.com.mx