La gestión climática en invernaderos ha evolucionado de un enfoque intuitivo a una disciplina tecnológica que integra sensores, automatización y análisis de datos. Este cambio impacta la rentabilidad, uso de recursos y calidad de cultivos.
Un invernadero moderno utiliza un sistema central que recibe señales de sensores. Este "cerebro" controla ventilaciones, calefacción y riego para mantener condiciones óptimas en cada fase de cultivo.
Los sistemas avanzados de climatización en invernadero incluyen:
- Temperatura: ajustes según el ciclo de la planta.
- Humedad: control para evitar enfermedades y optimizar la transpiración.
- Ventilación: aire dirigido para homogeneizar el clima.
- CO₂: dosificación para mejorar la fotosíntesis.
- Riego: sincronizado con condiciones ambientales.
Estos sistemas disminuyen la dependencia de controles manuales, permitiendo producción durante todo el año y registrando datos históricos para mejoras futuras.
La tecnología de control abarca desde controladores locales hasta plataformas en la nube, ofreciendo soluciones que combinan hardware robusto y software accesible. Los controladores permiten automatizar procesos desde una interfaz intuitiva, y las plataformas remotas facilitan el monitoreo y ajuste de parámetros a distancia, mejorando así la toma de decisiones y optimizando recursos.
El diseño semicerrado, como el de Opticlima, busca maximizar el control y reducir el intercambio de aire, creando un ambiente más estable para el cultivo.
Se destacan:
- Recirculación del aire.
- Presión positiva para minimizar la entrada de partículas.
- Distribución térmica optimizada.
El manejo del flujo de aire es crucial para mantener condiciones homogéneas, con sistemas adaptando la velocidad de los ventiladores según las necesidades climáticas. En ambientes húmedos, se utilizan deshumidificadores para ajustar la humedad relativa.
En términos de refrigeración y calefacción, se utilizan unidades tipo Chiller/HVAC y sistemas centralizados de calefacción con gas propano, gasóleo o biomasa. Además, los gases de combustión pueden utilizarse para el enriquecimiento carbónico.
La dosificación de CO₂ y el control de humedad se gestionan para optimizar la fotosíntesis y reducir el riesgo de enfermedades. La escalabilidad de estos sistemas permite gestionar múltiples zonas climáticas, adecuándose para cultivos sensibles como el Cannabis Medicinal, que requieren condiciones precisas.
Las empresas buscan soluciones que optimicen recursos y reduzcan la huella ambiental. La protección de datos y la privacidad son elementos clave, cumpliendo con normativas de privacidad y asegurando prácticas agrícolas sostenibles.
Fuente: www.telealmerianoticias.es