Recorriendo cualquier región agrícola, se puede comprobar que los invernaderos no son los únicos gigantes de acero y plástico en el paisaje. A su lado suelen levantarse construcciones – a veces improvisadas –, naves de ladrillo o estructuras que cada agricultor ha ido adaptando para guardar aperos, maquinaria o simplemente proteger el trabajo diario. "Lo curioso es que, durante décadas, nadie en la industria había pensado en diseñar un almacén agroindustrial como un producto propio, con identidad y estructura, separado del invernadero… hasta ahora", explica Antonio J. González, CEO de Inveurop.
"Somos una fábrica de invernaderos, pero dentro de nuestra gama teníamos almacenes agroindustriales. Lo que hemos hecho ahora es sacarlos fuera de los invernaderos para darles a los agricultores una nueva opción de almacenaje". De esta manera nacieron Kubo Pro, Kubo Max y Kubo Elite, "tres líneas de almacenes diseñadas para perfiles de cliente muy diferentes, desde explotaciones familiares hasta empresas con estructuras organizativas complejas".
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González reconoce que la inspiración vino en parte del propio mercado. "Los almacenes estaban teniendo mucho alcance en redes sociales. Al contrario que los invernaderos, cualquier agricultor necesita un sitio para que sus tractores y aperos no duerman a la intemperie; pero al igual que ellos, los almacenes Kubo pueden tramitarse con licencia de invernadero, lo que evita los costes de una nave de bloque tradicional".
"Y es que una nave de bloque paga IBI y requiere licencia de obra mayor. La nuestra no, y encima cuesta la mitad", remarca.
La familia Kubo se estructura en tres modelos, cada uno con sus propias dimensiones, acabados y niveles de aislamiento. "Kubo Pro parte de 8 × 10 metros (80 m²) y alcanza formatos estándar de 8 × 20 metros (160 m²). Puede incorporar una solera de hormigón de 15 cm como extra. Se construye con chapa prelacada de 0,5 mm".
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"Kubo Max es el modelo más versátil. Desde 10 × 10 metros (100 m²) hasta los 10 × 20 metros (200 m²), incorpora panel sándwich con aislamiento de poliuretano en laterales y frontal. Por su parte, Kubo Élite es la joya de la línea; sus medidas mínimas son 15 × 20 metros (300 m²), con versiones estándar de 15 × 40 metros (600 m²), y todo el edificio —incluido el techo— se fabrica en panel sándwich, convirtiéndolo en un almacén altamente aislante. Además, el Elite permite automatizar la apertura de puertas correderas de doble hoja".
González no esconde su entusiasmo: "Posiblemente hemos sido los primeros en darles visibilidad propia a los almacenes agroindustriales".
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Una demanda transversal: del cultivo hortícola a la hípica
Lo que empezó como una solución pensada para horticultores ha captado la atención de perfiles inesperados. "Los profesionales de hortícolas, berries o pitahaya ya conocen nuestros invernaderos, pero también hemos recibido interés de agricultores de cultivos extensivos e incluso de gente del mundo de la hípica nos ha pedido información".
La percepción de los agricultores empieza a cambiar: "si un almacén puede costar la mitad que una nave tradicional, no estar sujeto a IBI y tramitarse como un invernadero, la pregunta ya no es si tiene sentido… sino por qué nadie lo hizo antes".
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